Lunes, 18 de Marzo 2024
Jalisco | El académico de la Facultad de la Filosofía de la Religión de la UdeG exhortó a rescatar estas tradiciones religiosas

Celebraciones religiosas se han perdido con el tiempo: Especialista

Fabián Acosta Rico, señaló que un laicismo urbano cada vez más preponderante de lo lúdico ha provocado de manera paulatina algunas tradiciones religiosas se vayan desvaneciend

Por: NTX

GUADALAJARA, JALISCO.- El investigador del Archivo Histórico de Jalisco, Fabián Acosta Rico, señaló que un laicismo urbano cada vez más preponderante de lo lúdico ha provocado de manera paulatina algunas tradiciones religiosas se vayan desvaneciendo con el tiempo.  
    
Explicó que los ritos religiosos han perdido fuerza porque los significados que están detrás de la simbología de estas praxis "ya no representan nada para muchas personas, porque se les desconoce".  
    
Comentó que otras tradiciones religiosas se fueron disipando a lo largo de los años debido a que se volvieron, en ocasiones, tediosas, "un laicismo urbano cada vez más avasallante hace que la gente pierda el gusto, el interés y el significado de estas celebraciones".  
    
Explicó que antes había un sentido más intenso de lo sagrado, de lo divino, "por una formación judeo cristiana que partía desde el bautizo y nos iban proyectando todo estos significados que le daban sentido a estas simbologías y ritos".  
    
Sostuvo que "hoy en día los nuevos ritos son los deportes, los espectáculos lúdicos masivos, los conciertos, el hombre no pierde el sentido de lo ritual, pero los ritos llevan hacia otra dirección, ya que existe un miedo al tedio".  
    
El investigador del Archivo Histórico de Jalisco dijo que durante los siglos XIX y XX, en Guadalajara la festividad de la Semana Mayor comenzaba con el "Toque de Tinieblas del Miércoles Santo".  
    
A partir de ese día la ciudad experimentaba un respetuoso letargo, ya que los comercios cerraban para reabrir hasta el lunes de Pascua, y las fiestas quedaban suspendidas.  
    
Para el Jueves Santo, agregó, la clase pudiente tenía la costumbre o el ritual de lucir sus mejores ropas o las nuevas para mostrarse en público y resaltaban los suntuosos altares que se levantaban en varios sitios de la ciudad y disfrutaban de deliciosos antojitos que vendían en las calles.  
    
El profesor del departamento de Filosofía de la Universidad de Guadalajara (UdeG) mencionó que el Viernes Santo la ciudad experimentaba una quietud religiosa, en las calles dejaban de pasar los coches, las carretillas de los aguadores no circulaban y los caballos permanecían encerrados en sus establos.  
    
Explicó que todos los recorridos cuaresmales del Viernes Santo se realizaban a pie, como la liturgia normal quedaba suspendida ese día o simplemente no se celebraba misa, a los templos asistían los creyentes a escuchar un sermón, uno particular era el del "Encuentro".  
    
En la esquina de las calles 16 de septiembre y Pedro Moreno se colocaban las imágenes de Jesús y la de la Virgen de la Soledad, ésta última salía de su templo con sus mejores galas y joyas, acompañada y cargada por cofrades.  
    
Puntualizó que los tapatíos también asistían con riguroso luto a las Siete Palabras, esta recitación alusiva a la pasión y muerte de Jesús, era acompañada con música.  
    
Dijo que otra importante procesión era la conocida como el Santo Entierro, que comenzaba en las calles y continuaba en el interior de las iglesias, cofrades que tenía el honor de cargar el Santo Entierro pasaban verdaderas fatigas durante su pequeño calvario.  
    
Señaló que una expresión religiosa típica de Guadalajara y alusiva a los festejos cuaresmales eran los "incendios", estos altares montados para acompañar en su luto a Nuestra Señora de los Dolores (la Virgen en pena por la muerte del hijo) y se caracterizaban por estar adornados por una cantidad exagerada de velas.  
    
Describió que la multitud de veladoras daban la impresión de un incendio, que rompía la oscuridad de las calles que aún no conocían la luz eléctrica, y el Sábado de Gloria ponía fin al luto, con la presencia en las plazas de la quema de los judas.  
    
Apuntó que el primer domingo de Cuaresma fue una celebración añeja en esta ciudad, que se remonta a los años en que Cristóbal de Olid peregrinó, por las tierras de Nuño Beltrán de Guzmán, andaba en búsqueda de un lugar para fundar Guadalajara.  
    
El investigador agregó que esta es otra celebración que se perdió de esa época, en aquel entonces, a esta dominical y cuaresmal fiesta se le llamaba "Domingo de Piñata", 'Domingo de Sardina" o "Domingo de la Vieja".  
    
Consistía en una cabalgata que se realizaba durante la noche por toda la ciudad, los encamisados o participantes, se aprevenían con antorchas para iluminarse en el camino, iban enmascarados, realizaban cánticos, bailes, etcétera.  
    
El académico de la Facultad de la Filosofía de la Religión de la UdeG exhortó a rescatar estas tradiciones religiosas, "vivimos en una era muy posmoderna, donde todo se relativiza, todo se disuelve, donde las ideas ya son tras locales, ya circulan de un lado para otro, sin sentido de territorio".  
    
Concluyó que "la mejor manera de acercarse a todos estos ritos religiosos, a toda esta liturgia, es con conciencia de su significado, de los símbolos, de los rituales, para romper con esa inercia de desacreditación de esta práctica rituales".  

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