Sábado, 20 de Abril 2024
Jalisco | Lagos de Moreno hace una nueva apuesta

Reconvierten centenarias haciendas en destinos turísticos

En la región Altos Norte, colindante con Aguascalientes y Guanajuato, familias herederas de la charrería, la ganadería y la agricultura, se aventuran en el turismo rural

Por: EL INFORMADOR

LAGOS DE MORENO, JALISCO.- La región de Los Altos de Jalisco tiene en su perfil turístico algo más que sitios de importancia religiosa, como la Basílica de la Virgen de San Juan de Los Lagos y los  santuarios de los nuevos santos, igual que la iglesia dedicada a Santo Toribio Romo, en Jalostotitlán.

Recientemente se ha revalorado el atractivo de las antiguas haciendas, y un claro ejemplo de ello está en el municipio de Lagos de Moreno. Tan es así que ya hay un incipiente flujo de visitantes que gustan de hacer cabalgatas de varias horas de una hacienda a otra, además de prácticas de arreo de ganado, ordeña de vacas, clases de charrería o recorridos en jeep o en bicicletas por parajes silvestres, para después disfrutar una comida típicamente campirana, con una visita final a un rancho de toros bravos.

Parte de esta oferta comprende, igual, pasar las noches en casonas de varios siglos de antigüedad que se han adecuado con diversos elementos de la vida moderna para hacer cómoda la estancia. Entre estos elementos figuran, en algunos casos, el spa y el baño de temascal para quienes gozan de estos atractivos.

Estas actividades y experiencias están al alcance de los turistas que acuden a las haciendas de Lagos de Moreno, un municipio ubicado a 90 minutos de Guadalajara en las cercanías de las ciudades de León, Guanajuato y la capital de vecino Estado de Aguascalientes.

Estas añejas haciendas, que entierran sus raíces en varios siglos, son ahora motivo de una proyección a cierto segmento del mercado turístico por parte de las autoridades del ramo, pero sobre todo por interés de sus propietarios, particularmente de quienes se han integrado en la Asociación de Haciendas y Casas Rurales de Jalisco.

Los propietarios de algunas haciendas, como Juan Alfonso Serrano Lomelín (Hacienda Sepúlveda), Teresa Anaya (La Estancia) y María Dolores Serrano de Gutiérrez (Hacienda San Rafael), han dado el paso para ofrecer hospedaje en sus propiedades y gradualmente han iniciado el posicionamiento de un producto que pretende ser un factor detonante que haga florecer el turismo en el medio rural.

Las haciendas Sepúlveda y San Rafael llevan ya nueve años en su actividad como sitios de hospedaje. Recientemente La Estancia incursionó en el ramo, como sitio para pernoctar. Las tres, sostienen alianzas con otras haciendas para brindar diversos servicios al visitante, como la organización de cabalgatas, comidas y prácticas recreativas, según lo pida el turista. Se incluyen desde paseos en cuatrimotos, caballo o bicicleta de montaña, hasta la tienta de vaquillas de lidia y la visita a las iglesias y capillas de las haciendas.


Hacer camino al andar

Serrano Lomelín expresa que a lo largo de nueve años de operación de Hacienda Sepúlveda como sitio de hospedaje, se ha avanzado en el posicionamiento de un atractivo turístico, sobre todo en el ámbito regional y particularmente en las ciudades vecinas de León y Aguascalientes.

En su caso –dice– este hotel se ha prestado para la realización de actividades formales y sesiones de trabajo de empresas, además de eventos sociales. Recuerda que recientemente, fue sede de una boda con asistencia de 400 comensales. Adicionalmente, este hotel ya cuenta con una plantilla permanente de 35 empleos.

Un producto que para los turistas extranjeros ha sido de gran atractivo en la oferta de las haciendas laguenses, han sido las cabalgatas; los visitantes europeos han manifestado mayor entusiasmo. Tanto Juan Alfonso Serrano como Teresa Anaya y María Dolores Serrano, destacan que los paseos a caballo han sido un factor facilitador de la cooperación entre los dueños de las haciendas: las que brindan hospedaje y las que sólo funcionan como sitios de visita.

En este punto, precisan que cuando a una hacienda se le acumulan huéspedes, se pide apoyo a otra para su hospedarlos y atenderos o bien, para organizar las cabalgatas de una a otra.

Jorge Serrano Zermeño, un vaquero que trabajó seis años en un rancho de caballos en Wyoming, Estados Unidos, refiere que en el caso de Lagos de Moreno, él comenzó de cero (porque no se tenía un página en Internet para la publicidad del tema), pero con mucho entusiasmo, en la difusión del atractivo de las cabalgatas en su municipio.

Hace memoria: un grupo de turistas originarios de una región ganadera de Francia, donde hay una cultura desarrollada en torno al ganado bravo, acudió a Lagos y pidió instrucción en las destrezas del manejo del lazo; el deseo fue atendido por los miembros de equipos locales de charrería y lo que comenzó circunstancialmente, se quedó como una oferta más para los visitantes.

En la  Hacienda La Labor, su propietario, Jesús Vega de León, comenta que además, se hacen demostraciones de las suertes de la charrería en el lienzo que ahí existe. Entrevistado, afirma que el deporte charro ha sido muy bien visto por los huéspedes, sobre todo cuando no se era conocido por ellos, lo que suele ocurrir en el caso de los extranjeros. Puntualiza que debido a que en Europa hay una cultura peculiar en torno a los animales, cuando se hacen charreadas para europeos se tienen ciertas consideraciones para que sea menos rudo el trato a los animales.    

Teresa Anaya comenzó recientemente a ofrecer hospedaje en la Hacienda La Estancia, una edificación que conserva el perfil de la época porfirista. Esta construcción se ubica en un predio de tres mil 400 hectáreas, por lo que se tiene espacio suficiente para introducir atractivos adicionales, como un área dedicada a la actividad cinegética y otra para los llamados deportes extremos: rapel y tirolesas.

María Dolores Serrano resalta que la atención personalizada que los mismos propietarios de las haciendas brindan a los turistas, ha sido un factor clave para que estos lugares se posicionen como destinos por un medio clásico: de boca a boca. Esto origina interés para que más personas “vengan en plan de descanso”.

Esta empresaria resalta que la tranquilidad que brinda su finca, sin ruido urbano y con gruesas paredes que permiten pasar una noche en un entorno reconfortante, ha sido un atractivo que valoran sus huéspedes.

También trae a colación que no son pocos los visitantes a quienes les agrada prescindir de los elementos de la vida moderna, y cuando se hospedan prefieren el uso de los antiguos quinqués y las veladoras en vez de la luz eléctrica. “Es una forma de desligarse del ajetreo de la ciudad y volver a los tiempos pasados”.

Para conservar la imagen original de su hacienda y destacar al máximo el trato cálido a los huéspedes, esta mujer descarta que su negocio pudiera formar parte, en un momento dado, de una cadena hotelera de prestigio, como ya ocurre con haciendas de otras regiones del país, como Tlaxcala y Yucatán.

En la Hacienda San Rafael, su propietaria establece periódicamente criaderos de mariposas a base de plantas conocidas como “mastuerzo”, lo que gana el interés de los niños que vienen con los turistas.

Oralia Gallardo y Pablo Gómez Portugal, de la Hacienda Tlalixcollan, también iniciaron la oferta de hospedaje en su predio, pero no en forma permanente, sino sólo previa reservación. Por lo pronto, ofrecen servicio de visitas guiadas, atención a grupos y prestan la capilla de hacienda para actos religiosos.

En la Hacienda San Cayetano, se tienen los originales de un criadero de yeguas cuarto de milla y ganado de lidia, lo que supone la realización de las famosas tientas de vaquillas bravas. Su propietario, Juan Alcázar Nájera, confía en que pronto haya más visitantes porque hay señales de una tendencia a “valorar al campo en todo lo que tiene de tradiciones y atractivos para el descanso”. Destaca que su hacienda tiene como alternativa la práctica de la equinoterapia para personas con ciertas discapacidades o problemas de salud.

El propietario de la Hacienda San Bernardo, Gildardo Guerra González, está a la espera de que sus hijos y hermanos se decidan a invertir recursos para que esta propiedad se abra al turismo; por lo pronto, ya cuenta con varios atractivos como la cercanía de una presa para deportes acuáticos y unos lomeríos que se prestan para actividades como las cabalgatas y los campamentos.

La identidad de las haciendas

El empresario ganadero de la Hacienda La Labor, Jesús Vega de León, comenta que las haciendas del Occidente de México tuvieron entre sus elementos de identidad las capillas, presas de abasto de agua y sus graneros, conocidos en esta región con el nombre de “trojes”.

Este productor refiere que las haciendas eran centros de producción agropecuaria que tenían el objetivo de lograr autosuficiencia de los alimentos básicos para sus propietarios y los trabajadores integrados a ellas, particularmente en granos y productos pecuarios.

Indica que en la región de Lagos, la llamada “hacienda madre” fue la de Ciénega de Mata, cuya familia (Rincón Gallardo) llegó a tener más de 470 mil hectáreas en los terrenos de su propiedad en virtud de un mayorazgo (una figura jurídica española para regular propiedades inmuebles) concedido por la autoridad virreinal. Esta hacienda se empezó a dividir en el siglo antepasado entre los 16 hijos que tuvo el propietario original.

Como ejemplos de la actividad económica que tuvieron algunas haciendas, cita los casos de la Hacienda La Punta, la que hasta los años 40 del siglo pasado, inventariaba más de dos mil vacas bravas y 100 mil borregos productores de lana.

Añade que los repartos agrarios de las épocas de los presidentes Lázaro Cárdenas y Luis Echeverría, terminaron la etapa de grandes superficies en las haciendas, de las que sin embargo, se conservaron los llamados “cascos” y las casas grandes en la gran mayoría de haciendas de este municipio.


HERRAMIENTA

Para visitar

Haciendas con hotel: Sepúlveda, San Rafael, La Estancia.
Haciendas para visitar sin pernoctar: La Labor, Sanfandila, Tlalixcoyan (hospedaje previa cita), San Bernardo, San Cayetano, El Ahíto, Juachi, Jaramillo, La Laborcita.   

Experiencias turísticas:

Tienta de vaquillas bravas.
Equinoterapia.
Lunadas y elotizas.
Recorridos por antiguos caminos de herradura.
Visitas a fábricas de queso.
Clases y eventos de charrería.
Rutas religiosas en haciendas.
Cabalgatas, campamentos, paseos en jeep, rutas de bicicletas o cuatrimotos.
Ordeñas de ganado.
Visitas al Centro Histórico de Lagos de Moreno.

Los precios son variables en las haciendas con hotel, desde 560 hasta más de tres mil pesos por persona por noche, según se incluya la pernocta y los gastos del hospedaje, la comida y servicios como el spa y otros.
Hay paquetes variados. Uno de 465 pesos que incluye visitas a cuatro haciendas, comida en una hacienda y el uso del propio transporte del visitante.

Otro, de 637 pesos por persona, para grupos de cuatro, que incluye comida, transporte y chofer. Otro tiene un costo de 612 pesos en recorridos para ocho personas.
Más información: 01 800 223 7627

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