Viernes, 29 de Marzo 2024
Internacional | El desengaño de la utopía yihadista que publicita el califato es una de las causas

El Estado Islámico también pierde filas

El desengaño de la utopía yihadista que publicita el califato es una de las causas del abandono

Por: EL INFORMADOR

Militantes del grupo extremista celebran el desplome de un avión del Ejército sirio, en Al Raqa. AP / ARCHIVO

Militantes del grupo extremista celebran el desplome de un avión del Ejército sirio, en Al Raqa. AP / ARCHIVO

GUADALAJARA, JALISCO (05/OCT/2015).- Los desertores del Estado Islámico (EI) son un “fenómeno creciente”. Según constata una investigación del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR) del King’s College de Londres entre enero de 2014 y agosto de 2015 al menos 58 personas hicieron público que abandonaban el territorio controlado por el autoproclamado califato y dejaban de formar parte de sus huestes, un tercio de ellos en los últimos tres meses. “Representan una pequeña fracción de los muchos luchadores desilusionados que se han vuelto en contra del Estado Islámico”, resume Peter R. Neumann, director de la investigación.

Si bien el informe admite que no todos aquellos que han huido del EI han abandonado las ideas que les llevaron a viajar a Siria o Iraq para unirse a sus filas —es decir, continúan creyendo en el ideal del califato— todos los desertores se sienten decepcionados por las promesas que les había hecho la organización que dirige Abubaker al Bagdadi.

“Nadie puede decir qué tan representativas son estas historias y sería un error deducir que todos —o incluso la mayoría— de combatientes del Estado Islámico están desilusionados”, admiten los investigadores del King’s College. Sin embargo, consideran que los 58 testimonios “destrozan la imagen del EI como una organización unida, cohesionada y comprometida ideológicamente” y ponen de manifiesto que el “Estado Islámico no es la utopía yihadista que el grupo promete”.

De miembro yihadista a “enemigo de la fe”

Según concluye el informe, a partir de los testimonios recopilados “muy pocos de los desertores se han atrevido a hablar en público” porque temen por sus vidas, incluso después de haber abandonado el territorio controlado por el EI, y les preocupa que la organización tome represalias contra familiares que todavía viven bajo el yugo del califato. Sólo la decisión de abandonar la militancia en el EI supone un grave riesgo para la vida: “El Estado Islámico, después de todo, es un ejército que necesita la total implicación de sus miembros” por lo que consideran las deserciones como “un acto de apostasía (abandonar irregularmente la orden o instituto a la que se pertenece)” y a los desertores como “enemigos de la fe”, analiza el informe del ICSR.

Publicar testimonios, otra arma contra los radicales

Otro de los obstáculos para hacer pública la deserción es la más que probable pena de cárcel que espera a los ex combatientes que regresan a sus países de origen. “En muchos países no hay incentivos legales para los luchadores desilusionados y los desertores, de manera que cualquier cosa que digan en público puede ser usada en su contra”, reconoce el ICSR. Por ello, la institución recomienda a los gobiernos que reconozcan la importancia de que los desertores hagan público su testimonio como herramienta para desarmar la narrativa del Estado Islámico y les ayude a reinsertarse en la sociedad.

El País

BANDA DEDICADA A LOS NEGOCIOS

Rechazan brutalidad y maltrato de la población

La mayor parte de los yihadistas que abandonaron las filas del Estado Islámico (EI) y que habían viajado para concentrarse en Siria rechaza el interés de este grupo por atacar a otros de miembros sunitas como el Ejército Libre de Siria o Jabhat al Nusra, la milicia islamista vinculada con Al Qaeda. Pero muchos también critican la “brutalidad” de las operaciones militares, que llevan a la muerte a “civiles inocentes”, así como el asesinato de los rehenes, el maltrato sistemático de la población local o la ejecución de milicianos del propio EI.

Algunos de los desertores también aluden a la “injusta” y “egoísta” conducta de ciertos miembros del EI, contraria a los principios del Islam. Aunque la mayoría considera que la corrupción no es sistemática, uno de ellos llega a describir a la organización como “una banda” cuyo único interés es obtener petróleo y hacer negocios. Asimismo, una célula del grupo aduce que no obtuvo los “lujos y vehículos” que el Estado Islámico le había asegurado que conseguiría.

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