Atribuyen tres mil muertes al Estado Islámico en un año

DAMASCO, SIRIA (29/JUN/2015).- El grupo radical yihadista Estado Islámico (EI) ejecutó a más de tres mil personas, la mayoría civiles, desde que proclamó su califato hace un año en ciertas zonas que controla en Siria e Iraq, denunciaron activistas sirios.

Entre los tres mil 027 ejecutados desde el 29 de junio de 2014, mil 787 eran civiles, incluidos 74 niños, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El organismo indicó que entre los civiles al menos 930 eran miembros de la tribu sunita Shaitat, quienes fueron ejecutados en la provincia de Deiz Ezzor, en el Este de Siria. La matanza ocurrió porque intentaron revelarse contra el grupo yihadista.

En el informe que presentó el OSDH se incluye a 223 personas que fueron asesinadas esta semana cuando el Estado Islámico realizó una ofensiva en Kobani.

Además, el organismo contabilizó a 216 rebeldes y combatientes kurdos que fueron ejecutados por el Estado Islámico, también se registró el deceso de 900 miembros de la fuerzas del régimen sirio.

El Estado Islámico también asesinó a 143 yihadistas de sus propias fuerzas, quienes, aseguró el OSDH, fueron acusados de espionaje o deserción.

Este grupo radical islámico ya controla la mitad del territorio sirio, precisó el OSDH. Los yihadistas también mantienen en su poder la mayoría de los yacimientos de petróleo y gas de Siria.

El OSDH también informó que el Estado Islámico abrió cientos de escuelas donde enseña a miles de niños la religión islámica, que pregona una estricta aplicación de la ley islámica o sharia.    

Defienden patrimonio

La directora general de la Unesco, Irina Bokova, hizo un llamado para unir esfuerzos ante la “ignorancia y el fanatismo” que están detrás de la destrucción de diversos lugares que son considerados patrimonio de la humanidad y que están siendo atacados en varias partes del mundo, como en Iraq y Siria.

Las palabras de Bokova se dieron en el marco de la reunión anual del Comité del Patrimonio Mundial de la Unseco; el discurso se centró en la necesidad de proteger el patrimonio de sitios como Siria, Iraq, Libia, Yemen y Malí, que han sido constantemente atacados por grupos terroristas.

Al atacar la historia, señaló, se ataca a la cultura de la Humanidad y “la idea de que es posible vivir en paz respetando la diversidad”.