Jueves, 18 de Abril 2024
Internacional | La visita del político judío Feiglin a la mezquita de es interpretada como un desafío

Tensión en Jerusalén tras apertura de Explanada de Mezquitas a judíos

La visita del político judío Feiglin a la mezquita de Al-Aksa es interpretada como un desafío

Por: EFE

JERUSALÉN, ISRAEL (02/NOV/2014).- La Explanada de las Mezquitas de Jerusalén fue reabierta a los visitantes judíos, por primera vez en cuatro días, lo que ha elevado de nuevo la tensión en un recinto en el que cualquier provocación puede encender la mecha del conflicto en Oriente Medio.

La Policía israelí, que el viernes permitió el acceso restringido de musulmanes, autorizó esta mañana el de los judíos, que conocen su lugar más sagrado como Monte del Templo, y las visitas de políticos ultranacionalistas no se hicieron esperar.

El primero en llegar fue el diputado y miembro del ala dura del partido conservador Likud Moshé Feiglin que fue fotografiado junto a la mezquita de Al-Aksa, tercera en la jerarquía del islam, informó la radio pública israelí.

Fuertemente custodiado por agentes de seguridad, Feiglin prometió que la situación actual cambiará, en una visita interpretada como un desafío y una muestra de fuerza para reclamar la soberanía israelí: ''Cambiaremos esta realidad con la ayuda de dios'', aseguró.

El legislador había pedido un día después del intento de asesinato del rabino Yehuda Glick, el miércoles por un palestino, que fuera permitido únicamente el acceso de judíos al complejo para llevar a cabo un multitudinario rezo para pedir por su pronta recuperación.

En virtud del statu quo en el lugar, los judíos pueden acceder al mismo pero no tienen permitido orar allí, lo que sin embargo suelen hacer en voz baja a espaldas de las fuerzas que les escoltan, según reconoció recientemente uno de estos visitantes.

Tras protagonizar ayer una vigilia por la salud de su correligionario en una céntrica plaza de la ciudad, Feiglin, uno de los rivales más acérrimos de Netanyahu dentro del Likud, fue abucheado por devotos musulmanes en el lugar.

''Quien grita de esta manera no debe sorprenderse de que uno de los suyos se convierta en asesino'', manifestó el diputado.

''El hecho de que haya necesidad de escolta (para los judíos) cuando los árabes caminan por aquí libremente sin ningún temor, deja patente quién se siente aquí un visitante y quién es el dueño del lugar'', se quejó.

Al menos cinco activistas judíos ultranacionalistas fueron detenidos por la Policía israelí por violaciones del orden público durante la visita, que se suman a los 17 durante el viernes y sábado.

Israel cerró el pasado jueves por primera vez en años el recinto venerado por los musulmanes, que alberga la mezquita de Al-Aksa y el noble santuario, punto desde el que Mahoma ascendió a los cielos a lomos de su caballo Buraq, según esta tradición.

El lugar también es sagrado para los judíos, que sitúan allí el emplazamiento de su bíblico templo destruido hace dos mil años.

El cierre, que según diversas fuentes se trató de una medida sin precedentes en cuatro décadas, fue condenado por el jeque a cargo de la gestión del recinto, Azam Tamimi, y el Gobierno de Jordania, que ejerce allí la custodia desde los acuerdos de paz firmados en 1994.

El Canal 2 de la televisión israelí precisó que durante la Segunda Intifada el recinto ya fue clausurado por completo en los años 2001 y 2002 por razones de seguridad.

Tras las enérgicas protestas de la comunidad internacional, Israel permitió el viernes el rezo musulmán en la explanada a mujeres y varones mayores de 50 años, por lo que miles de palestinos debieron hacerlo en distintos puntos de la ciudad para protestar las restricciones.

Funcionarios palestinos han acusado a Israel de tratar de cambiar el delicado statu quo que rige en el recinto sagrado y consideran las visitas de políticos y radicales judíos como una provocación.

La estabilidad en la zona se ve alterada desde junio tras los asesinatos de tres jóvenes judíos y un adolescente palestino y el posterior conflicto bélico en Gaza.

En las últimas semanas Jerusalén se encuentra en el epicentro de los enfrentamientos, especialmente la parte este, que despiertan el temor de una nueva Intifada.

El Gobierno israelí aprobó medidas excepcionales de castigo, como penas de 20 años de cárcel por arrojar piedras y otros objetos a vehículos, una política destinada a ''restablecer la calma y la seguridad en toda Jerusalén'' a raíz de las incesantes protestas de jóvenes palestinos.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, explicó que ''islamistas radicales están difundiendo la falsa creencia de que tratamos de dañar la mezquita de Al-Aksa y emplear la violencia con el objeto de excluir a judíos de ir al Monte del Templo''.

La Liga Árabe tiene previsto celebrar una reunión urgente para analizar la creciente tensión en Jerusalén.

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