Ex tesorero de Lula se entrega por corrupción

BRASILIA, BRASIL (17/NOV/2013).- Delubio Soares, ex tesorero del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), se entregó a la Policía para cumplir una condena por corrupción, después de que lo hicieran otros ex jerarcas del primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Mientras tanto, el ex director de marketing del Bando do Brasil, Henrique Pizzolato, huyó a Italia.

Ambos fueron condenados durante el juicio por corrupción durante el mandato de Lula da Silva. Ese escándalo fue conocido como el caso del ‘mensalão’ (sueldazo).

El jueves, la Corte brasileña ordenó la detención de 12 de los 25 condenados por el escándalo de pagos a congresistas y partidos aliados a cambio  de apoyo político, que hizo tambalear al gobierno de Lula en 2005.

Pizzolato, que tendría ciudadanía italiana y debía cumplir una pena de 12  años y siete meses, fue el único de los 12 que no se entregó.

El abogado Marthius Savio Cavalcante Lobato, que defendió a Pizzolato durante el juicio, declaró que su cliente está en Italia por una “decisión propia”, sin ninguna orientación por parte de los juristas que lo defienden.

“Por no vislumbrar la más mínima posibilidad de tener un juicio sin motivaciones político electorales (...) decidí hacer valer mi derecho a la  libertad para tener un nuevo juicio, en Italia”, declaró Pizzolatto en una nota  divulgada por O Globo.

El ex ministro José Dirceu y el ex presidente del PT José  Genoino que enfrentaron la dictadura (1964-85), se entregaron el  viernes a la Policía en Sao Paulo.

Genoino, Dirceu y siete implicados más que se entregaron en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, entre ellos el publicista Marcos Valerio, apuntado como el operador del esquema, fueron trasladados hoy en un avión de la Policía Federal a Brasilia, donde serán remitidos a presidios para cumplir sus condenas, algunas en régimen semiabierto.

El histórico juicio a los implicados en el escándalo marca un precedente en un país que no está acostumbrado a juzgar a sus políticos.

Para la abogada Nê Fonseca, las prisiones para estos políticos son un golpe “real” contra la impunidad.

“Más allá de que fue un hecho inédito para la política y la jurisprudencia brasileña, desde la decisión del presidente del Supremo Tribunal Federal (STF) hasta la prisión de los condenados, se trata de un golpe real contra la impunidad que caracteriza siempre los procesos por corrupción”.

El juicio y la ejecución de las condenas fueron interpretadas por el diario Folha de Sao Paulo como una forma de alejar la situación de las elecciones presidenciales, regionales y legislativas del próximo año y una forma del PT demostrar que su Gobierno combatió la corrupción a pesar de estar salpicados varios de sus militantes.

El País

PARA SABER

El escándalo

La Corte juzgó la red de corrupción tejida por el Partido de los Trabajadores (PT) en 2002, cuando Lula de Silva ganó las elecciones, y que según consideró probado el Supremo Tribunal Federal le permitió costear campañas y sobornar a otros cuatro partidos que le dieron al Gobierno la mayoría parlamentaria que las urnas le habían negado.

LA CIFRA

38 personas fueron investigadas por el caso, de las cuales 25 fueron condenados y de ellos, nueve tienen recursos pendientes en la Justicia.