Martes, 23 de Abril 2024
Internacional | Las manifestaciones van desde Cuba hasta Chile

Miles marchan en Latinoamérica en Día del Trabajo

En Venezuela, Nicolás Maduro encabeza una marcha oficialista en Caracas

Por: AP

Miles de chilenos salen a las calles para conmemorar el Día Internacional del Trabajo. EFE /

Miles de chilenos salen a las calles para conmemorar el Día Internacional del Trabajo. EFE /

LA HABANA, CUBA (01/MAY/2013).- Decenas de miles de personas marcharon el miércoles en Latinoamérica para conmemorar el Día del Trabajo desde la caribeña capital cubana, donde se rindió homenaje al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, hasta la capital chilena en el extremo austral, donde se registraron incidentes entre manifestantes encapuchados y policías, al igual que en Bogotá.

Desde temprano en La Habana, miles de personas desfilaron para celebrar la fecha y rendir un homenaje a Chávez.

El presidente Nicolás Maduro, heredero político designado por Chávez y que encabezó una multitudinaria marcha oficialista en Caracas, afirmó que "yo soy presidente gracias a la clase obrera", que valora beneficios promovidos por Chávez como la ampliación de las licencias por maternidad de poco más de cuatro meses a seis meses y medio de pre y postnatal, y la reducción del horario laboral de 44 a 40 horas semanales.

En el gobierno "lo que hacemos en mantener vivo el legado del comandante Chávez, un proyecto de justicia, de igualdad, de respeto al humilde", acotó. El gobierno mantiene desde mayo del 2001 un régimen de inamovilidad laboral para impedir el aumento de la tasa de desempleo, que se ubicó en febrero en 7.6 por ciento o 1 millón de desempleados, según cifras oficiales.

La tasa de ocupación fue de 92.4 por ciento o 12.5 millones de trabajadores, de los cuales 59.1 por ciento tienen un empleo formal.

Pero Chávez también fue figura en Cuba, donde una gigantesca fotografía suya fue colocada en la fachada de la Biblioteca Nacional, frente a la Plaza de la Revolución, donde se produjo el desfile que estuvo presidido por el mandatario Raúl Castro.

"Unidos por un socialismo próspero y sostenible", fue el lema que este año inspiró la marcha cubana.

Una zigzagueante columna de personas de jóvenes con sus uniformes escolares, médicos, científicos y empleados de los sectores industriales integraron las columnas y confeccionaron carteles para desfilar por la plaza.

Junto con las banderas cubanas, los manifestantes llevaban imágenes de los líderes Raúl y Fidel Castro, Chávez y pancartas con los nombres de sus centros de trabajo o consignas alegóricas.

Chávez, quien falleció el 5 de marzo tras padecer casi dos años de cáncer, fue uno de los aliados continentales más influyentes para la isla y su cooperación contribuyó a romper el cerco económico y político de Estados Unidos hacia Cuba.

Muchas personas en la marcha portaban además carteles de apoyo a "los cinco", como se denomina a un grupo de agentes de inteligencia cubanos -Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González- encarcelados en Estados Unidos a fines de los 90.

Raúl Castro no pronunció ningún discurso. Las palabras centrales quedaron a cargo de Salvador Valdés Mesa, el ex secretario de la Central de Trabajadores Cubanos -la organizadora de la movilización- y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista.

En Santiago de Chile, los enfrentamientos entre manifestantes a rostro cubierto y la policía empañaron la multitudinaria marcha convocada por la Central Unitaria de Trabajadores para conmemorar el Día del Trabajo. La policía enfrentó con gases lacrimógenos y carros lanza agua a una veintena de manifestantes que habían iniciado los disturbios. En los enfrentamientos, dos carabineros resultaron heridos, uno de ellos con ácido, informó la policía uniformada.

Los carabineros estimaron que unas 10 mil personas participaron en la manifestación, cifra que contrasta con la de los organizadores, quienes afirmaron que 150 mil personas asistieron a la marcha.

En su discurso, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, condenó la "represión policial a nuestro acto", insistió en que los trabajadores lucharán por un salario mínimo equivalente a 531 dólares y convocó a un paro nacional para el 11 de julio.

En Argentina, la presidenta Cristina Fernández expresó su solidaridad "con todos los trabajadores del mundo que hoy a traviesan horas difíciles y tristes".

En su cuenta Twitter, Fernández reiteró además el compromiso de su gobierno de "seguir batallando por un mundo diferente, donde el trabajo vuelva a ser el gran organizador social".

Hugo Moyano, cabeza de la principal central de trabajadores del país, lanzó duras críticas contra el gobierno de quien otrora fue su aliada.

"Este gobierno tiene muy poco que ver con el peronismo, cómo va a celebrar el Día de los Trabajadores si todos los días le saca algo a los trabajadores", apuntó Moyano en un acto en la provincia de Córdoba junto a otros dirigentes peronistas enfrentados al oficialismo.

"No es posible que le siga robando del plato de los trabajadores", sostuvo Moyano en referencia al impuesto a las ganancias que el Estado retiene de los salarios.

Las organizaciones de trabajadores de izquierda, se movilizaban en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires también con duras críticas a la política económica del gobierno.

Cientos de trabajadores, legisladores de todos los partidos políticos, ministros y el vicepresidente Danilo Astori, entre otros, se reunieron el miércoles en la Plaza Mártires de Chicago de Montevideo para conmemorar el Día del Trabajadores.

La manifestación que realizaron en Bogotá centenares de trabajadores se vio empañada por unos disturbios que protagonizaron encapuchados que fueron controlados por la fuerza pública con gases lacrimógenos y chorros de agua antimotines en la histórica Plaza de Bolívar.

Un reportero de televisión de AP, presente en las marchas en la capital colombiana, constató que la policía controló al grupo que lanzó bombas y causaron desórdenes.

El presidente de la Confederación General de Trabajadores, Julio Roberto Gómez, comentó telefónicamente a la AP que las marchas del 1 de Mayo transcurrieron con normalidad y que quienes protestaron con violencia "no hacen parte de las agremiaciones de trabajadores".

Varios miles de oficialistas y opositores marcharon en diferentes puntos de la capital venezolana para celebrar el Primero de Mayo en una jornada que transcurrió de forma pacífica en medio de la tensa situación que impera en el país desde las elecciones del 14 de abril cuando la oposición se negó a reconocer la victoria del oficialista Nicolás Maduro alegando que en el proceso se cometieron supuestas irregularidades.

El ex candidato opositor Henrique Capriles anunció que el jueves acudirá al Tribunal Supremo de Justicia para impugnar los resultados electorales para "agotar toda la institucionalidad, todas las instancias internas, porque no nos queda ninguna duda que este caso va a terminar en la comunidad internacional".

"Desde afuera como ha sido en otras ocasiones donde la justicia se le niega a un pueblo la comunidad internacional ayuda a que la justicia se imponga", dijo Capriles al incorporarse a la marcha que realizó la oposición en el este de Caracas.

En Paraguay unas 2 mil personas marcharon por el centro de Asunción sin que se reportaran incidentes, según reportes de la policía.

El líder sindical Juan Torales, de una de las centrales obreras más antiguas de Paraguay, advirtió que el presidente electo Horacio Cartes "responde al modelo neoliberal en el que el mejor sindicato es aquel que no existe".

Torales, de la Central Nacional de Trabajadores de Paraguay, criticó el proyecto de Cartes de impulsar la unión de inversionistas privados con las empresas públicas: "Ese proyecto es simplemente la privatización de los entes pertenecientes al pueblo".

En San Salvador, millares marcharon para exigir el cumplimiento de varias demandas sociales y el aumento del salario minino.

Una de las coloridas marchas formada por sindicatos y organizaciones sociales llegó hasta la Plaza Salvador del Mundo, donde los trabajadores entregaron un pliego de demandas y propuestas al vicepresidente y candidato presidencial del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, Salvador Sánchez Cerén.

Durante el recorrido por las calles, los manifestantes mostraron su disconformidad con los partidos políticos, a los que acusan de no haber aprobado leyes que favorezcan a los trabajadores. Unos 800 efectivo de la policía siguieron el desplazamiento de las marchas sin que se registraran problemas.

Todas las organizaciones sindicales coincidieron en demandar la inmediata aprobación de un aumento del salario mínimo que el gobierno ha propuesto sea de 10 por ciento y la Asociación Nacional de la Empresa Privada quiere sea del 8 por ciento. El salario mínimo mensual para trabajadores de empresas privadas en todas las ramas de la actividad económica oscila entre 105 y 224 dólares.

El último aumento al salario mínimo fue de 8 por ciento en mayo de 2011.

En República Dominicana, quienes marcharon por una céntrica avenida de Santo Domingo se manifestaron frente al edificio sede de las dos principales organizaciones empresariales para exigir un aumento general de salarios del 30 por ciento y demandar al gobierno renegociar la concesión de una mina de oro a la canadiense Barrick.

La marcha se realizó un día antes de que los sindicatos reanuden el jueves las negociaciones con la cúpula empresarial para ajustar los salarios.

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