Viernes, 26 de Abril 2024
Internacional | Monjes brindan apoyo moral en Japón

El dolor, intacto a un año del tsunami

Familiares adelantan la ceremonia en Saikoji, templo budista ubicado en un devastado vecindario del Nordeste

Por: EL INFORMADOR

Una doliente ofrece sus oraciones a las miles de víctimas que fallecieron en marzo de 2011 por el tsunami, en Onagawa. AP  /

Una doliente ofrece sus oraciones a las miles de víctimas que fallecieron en marzo de 2011 por el tsunami, en Onagawa. AP /

ISHINOMAKI, JAPÓN (10/MAR/2012).- A un año de la peor tragedia natural sufrida por la nación nipona, los ritos fúnebres se multiplicaron en la ciudad de Ishinomaki, en el Noreste de Japón, a dos días del primer aniversario del tsunami que arrasó esta zona.

Varios grupos instaron a apoyar la reconstrucción “anímica” de los supervivientes, ya que es por demás preocupante que puedan sobreponerse al impacto de perder familia, bienes y trabajo en forma por demás sorpresiva.

Saikoji era ayer uno de los templos budistas más concurridos por su ubicación en el devastado vecindario de Kadonowakicho, donde perdieron la vida buena parte de los tres mil 735 muertos y desaparecidos que la catástrofe dejó en esta ciudad.

Muchos celebraron aquí ceremonias privadas en honor de los seres queridos fallecidos hace casi un año y dejaron ofrendas en las tumbas del cementerio colindante, aun parcialmente arrasado por la crecida del mar.

El monje al frente del templo, Shinsho Higuchi, explicó que ante la inminencia del aniversario el número de ritos budistas que debe oficiar se ha disparado en las últimas tres semanas, aunque su objetivo personal es, además, servir de apoyo para “curar el corazón” de los supervivientes.

“Nos preguntan qué ha cambiado en Ishinomaki desde hace un año. Nada ha cambiado, el dolor es el mismo. Se habla de reconstrucción, pero se reconstruyen casas o edificios. El corazón, en cambio, es blando y no se reconstruye fácilmente”.

Una vez al mes, acoge en el templo reuniones para madres que perdieron a sus hijos en la tragedia, consciente de que desahogarse del dolor por la muerte de un ser querido es difícil en una ciudad donde casi todos los vecinos han sufrido alguna pérdida.

A esto se suma la sensación de soledad de muchos de los miles de evacuados que han visto roto el vínculo con su comunidad, algo primordial en su cultura.

Tras Fukushima, la energía nuclear es más segura

Por otra parte, en Viena, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), encargada del control atómico de la ONU, asegura que la energía nuclear es más segura que hace un año, cuando un terremoto y un tsunami que dejaron 19 mil muertos o desaparecidos dañaron la planta nuclear de Fukushima, pero el grupo activista Greenpeace aseguró que no aprendió la lección.

Yukiya Amano, director general, afirma que mañana, antes del primer aniversario del peor desastre nuclear mundial desde Chernóbil en 1986, que se habían dado pasos significativos para reforzar la seguridad nuclear desde Fukushima.

“La seguridad nuclear es más fuerte que hace un año”, señaló. “Sabemos qué fue mal y tenemos una idea clara de lo que hay que hacer para abordar las causas, no sólo en Japón, sino en otras partes del mundo”.

TESTIMONIO
“Tengo miedo de estar solo”


Con el corazón apesadumbrado, el rechoncho pescador de 71 años mira hacia el cementerio en la ladera. Inicia su camino cuesta arriba junto a las hileras de tumbas, con un balde de agua en cada mano, en Minamisanriku.

Takayuki Sato está aquí para limpiar la tumba familiar. Perdió a su esposa y a su madre en el tsunami que arrasó con lo que fue un pintoresco pueblo pesquero famoso por su salmón, sus pulpos y sus algas. Los cadáveres de las mujeres no fueron hallados.

Perdió además a su mejor amigo, a una tía y un tío, su casa y tres embarcaciones. Casi todo de su vieja vida ha desaparecido.

“Tengo miedo de estar solo”, dice Sato, con una sonrisa avergonzada, tras llegar a la tumba. “Yo pienso en muchas cosas diferentes cuando estoy solo. A veces me pregunto si puedo seguir viviendo”.

Pasado un año, el dolor de las pérdidas inimaginables es profundo en Minamisanriku. El tsunami del 11 de marzo de 2011 se llevó a seres queridos. Se llevó empleos y medios de sustento. Y se llevó el corazón del pueblo, donde la gente trabajaba y vivía.

Mientras planea su reconstrucción, mudando a los habitantes que quedan a las colinas circundantes, algo está claro: No va a volver a ser el acogedor pueblito costero que era.

El valle bajo el cementerio, donde una vez se juntaron casas y negocios, es ahora una amplia expansión vacía moteada de nieve. Los restos de un hospital y otros pocos edificios de concreto sobresalen aquí y allá.

Es una escena que se repite con diversas gradaciones a lo largo de la Costa Nordeste de Japón, en el área azotada por el tsunami. Los escombros han sido retirados, pero hay muy poca reconstrucción, lo que deja paisajes baldíos. Más de 19 mil personas murieron. Comunidades costeras tratan de decidir cómo reconstruir cuando se ha perdido tanto.

Los tsunamis no son algo nuevo en esta región. Minamisanriku ha sufrido cuatro en los últimos 120 años, incluyendo uno en 1960 que destruyó la casa de Sato —él tenía 19 años en aquel entonces — y mató a 41 residentes.

Naciones Unidas
Homenajean fortaleza del pueblo

GINEBRA, SUIZA.-
La fortaleza del pueblo japonés fue objeto de encomio por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que le rindió un homenaje en vísperas del primer aniversario del terremoto y posterior tsunami que sacudieron el Este de la nación nipona.

“Una de las grandes enseñanzas del gran terremoto y el tsunami del Este de Japón, que se puede aplicar a muchos otros países propensos a los desastres naturales, es la importancia absoluta de preparar a las poblaciones en situación de riesgo para el peor de los escenarios posibles”, indicó Margareta Wahlstrom, representante especial del secretario general de la ONU para Reducción de Riesgo de Desastres.

La funcionaria dijo que la fortaleza y la preparación del pueblo japonés fueron fundamentales para reducir el impacto de la tragedia.

Según la representante de la ONU, la preparación mental es tan importante como la física, así como mantener presente la memoria de episodios similares ocurridos en el pasado.

Por su parte, Barack Obama, presidente de Estados Unidos, expresó su admiración por la resiliencia de Japón un año después del devastador terremoto y tsunami, en tanto aseguró que la alianza entre los dos países seguirá “inquebrantable”.

Barack dijo que él y la primera dama, Michelle Obama, se unían a “todos los estadounidenses para honrar la memoria” de los 19 mil muertos o desaparecidos que dejó en Japón uno de los terremotos más fuertes de la historia contemporánea.

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