El Papa aboga por un turismo responsable y solidario

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI abogó hoy por un turismo solidario y responsable, que respete la naturaleza y las culturas de todos los pueblos.

Este fue el llamamiento de Benedicto XVI al recibir hoy en su residencia de Castel Gandolfo (a unos 30 kilómetros de Roma) a los participantes de un seminario organizado en estos días por el Centro Turístico Juvenil y la Oficina Internacional del Turismo social.

El Papa explicó que la Iglesia Católica defiende la difusión del "llamado turismo social", que "promueve la participación de las franjas más débiles y puede ser un válido instrumento de lucha contra la pobreza, creando empleo, conservando los recursos y promoviendo la igualdad" .

Este tipo de turismo representa para Benedicto XVI "un motivo de esperanza en un mundo en el que se siguen acentuando las distancias entre quienes tienen de todo y quienes sufren hambre, carestía y sequías".

"Es necesario, sobre todo en el ámbito del turismo, que tanto se apoya en la naturaleza, que todos tiendan a una gestión equilibrada de nuestro hábitat", agregó.

Para el Papa, en esta misión es de vital importancia el trabajo de las nuevas generaciones, quienes deben ser promotores de "un turismo sano y solidario, que rechace el consumismo y el derroche de los recursos, para dejar espacio a gestos de solidaridad, amistad, conocimiento y comprensión".

Sólo así, añadió el Pontífice, el "turismo puede convertirse en un instrumento privilegiado de educación para una pacífica convivencia".

El Papa reafirmó además que la humanidad "debe proteger el tesoro de la creación y empeñarse en la lucha contra un uso indiscriminado de los bienes de la tierra", ya que "sin un adecuado límite ético y moral, el comportamiento humano puede transformarse con en una amenaza".

Para Benedicto XVI, "la gestión responsable de la creación forma parte, o así tendría que ser, de una economía sana y sostenible del turismo", mientras que al contrario "un mal uso de la naturaleza y el abuso a la cultura de las poblaciones locales dañan también el turismo".

Asimismo, la degradación ambiental, según el Papa, "puede ser frenada sólo difundiendo un comportamiento que contemple estilos de vida más sobrios".