Paula Markovitch invita a trabajar con niños en el cine

GUADALAJARA, JALISCO (24/MAR/2014).- "Nunca se le ocurra hacer una película con animales ni con niños", dijo Alfred Hitchcock. Pero la realizadora argentina radicada en México, Paula Markovitch, no hizo caso de la advertencia y construyó la historia de su filme "El premio" sobre el personaje de una niña "Ceci", y su madre, quienes viven el difícil periodo de la dictadura militar argentina.

La realizadora impartió una charla dentro del programa "Cita con Expertos" de la sección Talents Guadalajara, para hablar sobre cómo diseñar personajes infantiles en las películas y dar algunos tips para el trabajo de dirección actoral en esos casos. En la plática la acompañó Paula Galinelli, quien interpreta a "Ceci".

Markovitch considera que uno de los problemas más comunes al trabajar con los niños es la condescendencia: "como si el personaje estuviera solamente definido por su edad. Como si ser niño fuera universal. Y no, cada niño es cada quien".

En ese sentido, la directora advirtió que muchos guiones de entrada no dignifican a los personajes infantiles y más bien los generalizan, por lo que luego el trabajo en el rodaje se vuelve más difícil.

"Nosotros reconocemos a un personaje de la misma manera que reconocemos a una persona: por lo diferente que tiene cada quien. Lo principal al caracterizar un personaje de cualquier edad es mostrar lo que tiene de diferente".

La infancia no es una característica, dijo la argentina, "no hay nada más violento que a uno como ser humano lo quieran explicar. Yo tengo un gran dicho que es 'no le hagamos a los personajes lo que no nos gustaría que nos hagan a nosotros'".

Recomendó a los asistentes reconocer las características "gratuitas" de las personas, es decir, las particularidades de cada quien que no necesariamente tienen explicación, y tomar en cuenta que los seres humanos siempre vienen armados con fortalezas y debilidades, que no existe el personaje completamente virtuoso o frágil.

"Todos los personajes toman decisiones. Y a veces las decisiones son angustiosas. No tenemos que ahorrarle a ningún personaje de ninguna edad la angustia de decidir. Así nosotros no sólo lo vamos a conocer, sino que él se va a conocer a sí mismo".

EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS