Jueves, 25 de Abril 2024
Entretenimiento | Familias unidas por juegos y canciones

Luis Pescetti llena de humor el Teatro Diana

El cantautor argentino colma de diversión a los dos mil niños y adultos que reunió con el espectáculo Tengo mal comportamiento

Por: EL INFORMADOR

Pescetti le briindó al público una tarde para recordar, donde niños y abuelos disfrutaron las canciones, las historias y los juegos.  /

Pescetti le briindó al público una tarde para recordar, donde niños y abuelos disfrutaron las canciones, las historias y los juegos. /

GUADALAJARA, JALISCO (14/NOV/2011).- Con sólo una guitarra, una silla y un atril sobre el escenario, el cantautor Luis Pescetti tuvo suficiente para entretener a los niños y adultos que se dieron cita el Teatro Diana ayer por la tarde para escuchar de voz del argentino sus curiosas canciones y bromas pensadas desde la mente de un niño.

El también escritor reunió a toda la familia, desde bebés hasta la pareja de abuelos que también participó en los juegos que organizó Pescetti.

Sonriente, el artista tocó los sencillos acordes y letras de sus composiciones que abordan situaciones tan comunes en la vida diaria que sin problemas hicieron reír a los asistentes.

“A ver, vamos a jugar un juego que me enseñaron en Colombia, en Medellín, para eso tienen que levantarse de sus asientos. Y dice: Palo palo palo paloito palo eh, eh eh eh”, les dijo mientras les mostraba la mímica de la canción, pero no todo paró en mímica, ya que para que los pequeños alcanzaran a ver al artista mientras los adultos obstruían la visibilidad, algunos papás subieron a sus hijos al respaldo de las butacas y desde ahí seguieron  las instrucciones del juego, aunque cabe decir que otros eran tan pequeños que dormían en su portabebé o en los brazos de papá, mientras los más grandes salían a los pasillos y se acercaban al escenario.

La actividad no quedó ahí, Pescetti los hizo levantarse otra vez y tomarse de las manos, los hombros, la cintura y hasta los tobillos para después moverse unos pasos a la derecha y un par más a la izquierda a la voz de una canción a “capella”, después saltaron y giraron, no sin que todos los presentes participaran e interactuaran con su vecino de locación.

“Aquí seguro es cuando los abuelos dicen ‘por qué me ofrecía a traer al niño’”, bromeó el cantautor por la actividad que seguro no esperaban los presentes. “¡Llegó la hora de los chistes!”, anunció y los niños saltaron de sus lugares y rompieron el momento en gritos”.

Siguió con las canciones de sus anteriores discos y del más reciente, Tengo mal comportamiento, que los niños y sus padres celebraron en todo momento. Los volvió a poner de pie y ahora los hizo marchar, saltar y bailar delicadamente cual una bailarina de ballet.

Las sonrisas no cesaban y los pequeños estaban ávidos por seguir divirtiéndose al escucharlo contar anécdotas de los hijos de sus amigos, situaciones que traslada al compás de la música.

Tras una hora y media de sencillos juegos, interacción y hasta complacencias, el argentino se despidió y salió del escenario de puntitas, y los niños, con una sonrisa traviesa.

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