Complace más tarde en el Palenque

GUADALAJARA, JALISCO (16/OCT/2011).- Vicente Fernández fue  la primera carta fuerte de la apertura panamericana el viernes al entonar con su potente voz el Himno Nacional y dos piezas emblemáticas de México, pero al Charro de Huentitán se le hizo “muy poquito”.

“La responsabilidad es la misma que tengo aquí en el Palenque y la que tengo allá (en la apertura de los Juegos), no más que allá se me hizo muy poquito el Himno y dos canciones, apenas estaba medio queriendo tibiar la garganta, pero muy contento con el público, me recibió muy bonito y me despidió muy bonito, la gente entiende que no se podía cantar más”.

El rey de las rancheras, en rueda de prensa previa a su actuación en el Palenque y después de su actuación en la apertura de los Panamericanos, dijo estar muy emocionado previo a su actuación en el Estadio Omnilife, mas no nervioso.

“Tenía chinita la piel, es la tercera vez que canto el Himno, pero no ante 80 mil gentes y yo sentía un honor tan grande de estar cantando el Himno, además de los millones que estaban viéndome”, y aclaró que “no estaba nervioso, al contrario, entre más gente haya más emoción”.

Convive con sus colegas

Con la accesibilidad y el buen humor que lo caracteriza, compartió también que varios de los artistas que cantaron en la ceremonia se acercaron a saludarlo, como Juanes, Lila Downs y “Eugenia León, que me quiere mucho, me admira mucho, igual que yo a ella”.

Incluso el cantante no dejó pasar la oportunidad para hacer pública su aprobación por el magno evento: “La verdad que quiero felicitar a Emilio, al señor gobernador, porque se aventó un 10, estuvo impactante, ni los Olímpicos estuvieron tan bonitos”.

Para poder participar tanto en la inauguración como en el Palenque, Vicente tuvo que hacer una pausa en su gira por Estados Unidos, misma que reanudará la siguiente semana para continuar con al menos cinco fechas más en el aquél país, donde ha llenado en todas sus presentaciones.

Minutos antes de salir ante su expectante público, recordó qué seguirá cantando hasta el último de sus días: “Si me retirara de trabajar y de escuchar aplausos, me moriría de tristeza”.

Tres horas de éxitos

“Quiero agradecer su presencia, su cariño y sus aplausos, y hablando de aplausos… ya saben que si no dejan de aplaudir no dejo de cantar”, refrendó Vicente Fernández al pisar la arena del Palenque a las 00:00 horas del sábado, antes de emprender un viaje de tres horas por los temas ha elevado a leyendas a lo largo de su carrera.

Saturó toda la parte inferior, y aunque en la parte superior se apreciaban huecos en las localidades, un total de cuatro mil 700 voces fueron el coro fiel de “Chente” al entonar Me cansé de rogarle, Ella, Celos y Tengo una amante, hasta llegar al momento más álgido de la noche con Acá entre nos.

Un suceso que cautivó al público fue cuando un pequeño vestido de ranchero se metió al ruedo y le pidió a Vicente permiso para cantar, éste le cedió el micrófono y el niño de nombre Luis Felipe sorprendió con su capacidad vocal y presencia escénica.

Al finalizar su interpretación, El Charro de Huentitán pidió que le tomaran sus datos para que firme un contrato, grabe un disco y “llevarlo con un arreglista de los buenos”, que le valió ovaciones de su audiencia.

El patriarca de los Fernández se volvió a plantar en el ruedo, donde al tiempo que cantaba se fotografiaba con la gente, saludaba, recibía regalos, besos y hasta tragos de tequila, que no le negó a nadie. Además, en esta ocasión recibió la visita de un grupo de colombianas que ondeaban la bandera de su país, al que Vicente le envió “saludos a los hermanos de Colombia”.

Incansables aplausos de su extasiado público, rosas y abrazos abundaron toda la noche, pero el fin se acercó y sólo le restó hacerles una reverencia. “Ese cariño, ¿con qué lo pago?”.