Marco Treviño aboga por la transformación

GUADALAJARA, JALISCO (05/AGO/2011).- “Se necesitan líderes de la talla de Gandhi. Los seres humanos actuamos por amor o por miedo, México en este momento está actuando por miedo”, dice el actor Marco Treviño durante una entrevista con este medio, y pone de manifiesto algunas teorías casi metafísicas para cambiar el entorno que nos rodea. Conmovido se expresó la mañana que los medios de comunicación anunciaban el encuentro entre Felipe Calderón y Javier Sicilia, sin embargo dolorido negaba la eficacia de las marchas, ya que la expansión del dolor no es una forma alternativa para la paz.

“Esta crisis tiene que ver con un despertar de la conciencia”, menciona el intérprete, y su expresión hace pensar en aquellos que afirman que el corazón del hombre tiene el poder de una bomba atómica y por eso la creó.

Marco es práctico y como actor es intuitivo. Es parte del elenco principal de dos de los proyectos más importantes en los últimos años de la televisión mexicana: Capadocia, la primera serie producida por HBO en México en coordinación con Argos, y Las Aparicio, un proyecto de Cadena Tres que a pesar de la censura –o gracias a eso– alcanzó un éxito inesperado en la televisión de paga y en internet. Se le emparentó con Mirada de Mujer en versión 2011. Las Aparicio también ha despertado suspicacias en un nuevo tema, los híbridos en la pantalla chica. ¿Y eso qué es? decían. ¿Serie o telenovela?

El día que se llevó a cabo esta entrevista, Marco participaba en una mesa exponencial al respecto de estos temas. Asegura que el proyecto capitaneado por Epigmenio Ibarra es telenovela, sin embargo “por asunto mercadológico se vendió como serie”, a lo cual se le atribuye su éxito, pero también gestó otras problemáticas, como el ritmo de producción que exige una serie, pero con un equipo de melodramas. En fin. La polémica no se hizo esperar en todos los ámbitos, se incluyeron en el guión temas tabúes como la homosexualidad o la liberación femenina.

Este actor tapatío interviene en ese universo femenino y emancipado con el personaje de Máximo “un muerto que hace reflexionar a todos los personajes y que se vuelve eje de la serie”.

Pero en este país el éxito no garantiza nada y hoy en día es un misterio si este melodrama moderno tendrá una segunda entrega. Marco se enfoca a la tercera temporada de la exitosa serie Capadocia “un proyecto con estrella”, dice, y que tuvo que cocinarse durante tres años antes de llegar a filmar el primer capítulo.

En la serie dirigida por Enrique Patrón, Carlos Carrera y Pitipol Ybarra han participado muchos de los grandes actores que tiene este país, que si bien son desconocidos por el gran público cautivo de la televisión, son quienes cuentan con carreras añejas y sólidas gestadas en el teatro y en el cine también. Liza Owen, Teresa Rábago, Jimena Ayala, Marina de Tavira, Mariana Gajá y Gustavo Sánchez Parra han dado vida a personajes de soporte con importante vena dramática, esto sin nombrar a quienes encabezan el elenco: Cecilia Suárez, Dolores Heredia, Ana de la Reguera, Juan Manuel Bernal y Marco Treviño.

La primera temporada de Capadocia comenzó a transmitirse el 2 de marzo de 2008 y hasta hoy se han transmitido 26 episodios de 60 minutos de duración cada uno. Los guionistas Guillermo Ríos, Leticia López y Laura Sosa, entre otros, reflejaron la realidad de las prisiones mexicanas, mujeres recluidas en una “cárcel modelo” de un consorcio empresarial.

La serie se aleja sustancialmente de los cánones de la tele nacional y en su factura tiene el sello HBO. “Su éxito –dice Treviño– tiene que ver con la verosimilitud y el ser un retrato verdadero”. El futuro, destaca, está en la televisión y en sus productores que invierten factores, arriesgan gestiones y renuevan formatos. Así también, ponen la confianza en el talento nacional para contar la historia con sus subtramas. Capadocia ha sido nominada a tres Emmy Internacionales, uno de ellos para Cecilia Suárez como Mejor actriz.

— ¿Después de esto qué sigue?
— No lo sé. Siempre he querido hacer cine, pero me ha ido mejor con la tele. Yo me resistía pero ahí está el futuro y la trascendencia.

— ¿Entonces es trascendencia lo que buscas?
— En dos sentidos, la básica que es la fama como un medio para sostenerte en esto y la fama en el sentido más vil y despiadado, para llenar una falta… El 99% de los actores estamos en esto por llamar la atención, por obtener aprecio, atención y reconocimiento.

— Volvamos a la trascendencia. Como actor, a la gente que te mira le importa mucho lo que pienses, mucho más que si fueras contador. ¿Cuál crees que sea tu tarea en ese ámbito?
— Ojalá pueda generar una transformación en la gente y en mi país. Por eso me interesan los proyectos de Argos, siempre pensé que ahí sí se me ofrecía apoyar ciertas ideas que pueden hacer cambiar algunas cosas.

— Efectivamente, la televisión te ha tratado muy bien.
— Hay un lugar para mí en la televisión. Yo me vine de Guadalajara a México –hace 11 años–, para encontrar mi vocación (…) Llegué un martes a México, el jueves me entrevisté con la persona indicada y el viernes me hablaron porque se enfermó un actor de Todo por amor y había que suplirlo. Hice una escena con Angélica Aragón y Claudia Lobo, salió a la primera toma y una de ellas era amiga de Ana Celia Urquidi, directora de casting de Argos–Televisión. Y aquí estoy.

— ¿Cómo puede un actor contribuir para transformar este México?
— Quiero participar en el desarrollo de una conciencia libre de culpa, porque creo que la culpa no nos lleva a nada, una conciencia libre de convencionalismos, porque si seguimos los mismos patrones y los mismos prejuicios de años no llegaremos a ningún lado, quiero ser libre de compromisos interiores tontos. Y como es adentro es afuera. Vivimos en el reflejo de lo que somos por dentro. La violencia que sucede en México es espeluznante, pero es algo que fue creciendo conforme fuimos desenfocando el pensamiento. Ahora, hay que decir que antes también había violencia, la Iglesia Católica se convirtió en una especie de generadora de violencia pasiva con su intolerancia a ciertas formas de pensar. Justo en este momento siguen manifestando discursos generadores de violencia.

—¿Qué hacer entonces?
— Primero tener conciencia libre. Lo que necesitamos es aceptación, no resignación. Esta crisis tiene que ver más con un despertar de conciencia que con cualquier otra cosa. Estamos en el preescolar de la democracia (…) Tenemos que pensar en cómo le podemos ayudar al Presidente, no en que él lo va a hacer todo, tenemos que acabar con el sistema partidista. No hay un solo político que no trabaje en beneficio propio. El Estado más corrupto es el Estado de México. Hay que comenzar por uno mismo, por ese trabajo con uno y con la familia. No se resuelve nada con las marchas, la violencia genera violencia, tenemos que cambiar de vibración, trabajar el perdón para hacer una red expansiva de conciencia desde la paz. Sé que en México hay mucha gente que cree en esto, no sabe cómo… pero quiere hacerlo.

Dolores Tapia

PERFIL

Actor sólido
La carrera profesional de Marco Treviño en el cine inició al lado de Jaime Humberto Hermosillo, en 1985, con Doña Herlinda y su hijo. Desde entonces ha participado en 34 producciones entre cortometrajes, largometrajes, series y telenovelas; sin embargo la última década ha sido la más productiva para Marco, desde 2001 en que participó en la cinta El tiempo de las mariposas, al lado de Salma Hayek y Marc Anthony.

Actor de soporte, galán maduro, hombre de poder, así han sido los roles que ha interpretado Treviño, sin embargo ha logrado dejar su nombre en la memoria del público con producciones como Gustavo, en Malos hábitos (2007); Santiago Marín, Capadocia (2008 y 2010) y Máximo de la Croix, en Las Aparicio (2010).