Miércoles, 24 de Abril 2024
Entretenimiento | Enamorado de la imagen cinematográfica

Emmanuel Lubezki “topa” con sus objetivos

El director de fotografía, que disfruta de su profesión y que ha trabajado con Tim Burton, Carlos Cuarón y Alfonso Arau, se mantiene activo

Por: EL INFORMADOR

CIUDAD DE MÉXICO.- A Emmanuel Lubezki le llaman “El Chivo”. Dicen que por su figura espigada y el cabello rizado que mostraba cada vez que jugaba balonmano los fines de semana en su adolescencia.

Cuentan que desde un inicio supo que sería fotógrafo. Tenía unos 10 años cuando su papá le regaló una cámara fotográfica y por la cual se gastaba mucho dinero para poder comprar los rollos que requería. Cosa que se encontraba, cosa que era atrapada por el pequeño artefacto.

Luego entró al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, que consideraba era una buena opción para hacer imagen en movimiento. Pero siempre ha sido tímido, así que cuando se le preguntaba por sus gustos personales, rápidamente decía que no le interesaba involucrarse con actores, pero que sí deseaba estar todo el día en el set.

Y qué mejor forma que siendo director de fotografía en las producciones que le ofrecían. Fue afinando lo que ya tenía. Alguna vez José Luis García Agraz (El misterio del trinidad), comentó que “El Chivo” era alguien que siempre elegía, de alguna manera, la mejor toma visual que pudiera hacerse. Así hubiera otras 100 maneras de hacerla.Y así lo ha demostrado desde entonces.

Hizo Sólo con tu pareja, La princesita, Como agua para chocolate y la serie de terror La hora marcada.
Para Hollywood ha trabajado en La leyenda del jinete sin cabeza, de Tim Burton, y Mundo nuevo, protagonizada por Colin Farrell, con las que obtuvo la candidatura al Oscar de la Academia.

Estilo libre y desenfadado


Emmanuel Lubezki, de 44 años, nació en el Distrito Federal. Su apellido se debe a sus abuelos paternos, originarios de la antigua Unión Soviética. La leyenda urbana dice que junto con Alfonso Cuarón (Niños del hombre) y Luis Estrada (La ley de Herodes) fue expulsado del CUEC por un trabajo escolar.

Algunas versiones dicen que no fue así. Que ya había terminado la carrera. Otros aseguran que tan es mentira que por eso cada que puede ofrece pláticas magistrales en su Alma Mater, a pesar de haber tomado cursos de fotografía, entre ellos con el maestro Pedro Meyer, considerado en su momento el fotógrafo hereje por dejar a un lado su cámara analógica y empuñar la digital.

También se dice que con Alfonso Arau y Un paseo en las nubes no tuvo la libertad que siempre había soñado. Pero si alguien le pregunta de ello, rápidamente contesta que con dicho cineasta pudo efectuar cosas de calidad sin problema.

Lo que nadie puede negar es que ayuda a quienes quiere. Así, aceptó la invitación de su hermano Alejandro Lubezki para hacer la fotografía en el cortometraje De Mesmer con amor o té para dos, que ganaría el Riel de Oro en Cannes. “Por qué no ayudarlo, es mi hermano, es una buena historia y lo importante es echarnos la mano en el cine”, dijo en esa ocasión.

Lubezki y sus anécdotas

Cuando estaba rodando Y tu mamá también en las calles de la Ciudad de México, Lubezki enfermó del estómago. Demacrado y ojeroso, se le podía ver deambulando en el set, esperando que Alfonso Cuarón diera las órdenes de rodaje. Tan pronto se decía “¡acción!”, su rostro cambiaba, lo acercaba al lente de la cámara y lanzaba una sonrisa. “Simplemente disfruto mi trabajo”, expresó brevemente en un descanso de la producción.

Cuando decidió buscar oportunidades en la Meca del Cine, el inglés no se le daba bien del todo. Pero buscaba la forma para entender y explicar sus ideas. Con Brad Pitt entabló una amistad a raíz de Conoces a Joe Black. Ahí el rubio actor le pedía consejos de fotografía, actividad que le fascina.
También ha dado consejos a Johnny Depp, otro amante de los retratos. Es alguien que lo respeta.
Precisamente a Depp lo conoció en La leyenda del jinete sin cabeza, donde bromeaba con Tim Burton de que se trataba de la historia de luchadores más cara en la historia. ¿Por qué? Bueno, el actor debía usar una máscara azul, como Blue Demon, para quitársela con efectos visuales. Y eso, es caro.

Hace dos años, merced a Niños del hombre, donde inventó un mecanismo para poder tomar una secuencia de cinco minutos dentro de un automóvil, se ganó el premio Ocella en el Festival de Venecia. En estos momentos se encuentra en la corrección de color de The tree of life, dirigida por Terrence Malick. Y espera la nueva aventura de Cuarón para subirse al barco.

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