Jueves, 28 de Marzo 2024
Economía | El lujo de tener un sastre

Vestir a la medida... tradición que aún se resiste a morir

Nada como lucir un traje que se ajuste al cuerpo como un guante y que esté hecho con gran calidad

Por: EL INFORMADOR

Hace 66 años Francisco Hernández Rogelio estabeció su sastrería en el Centro de Guadalajara. EL INFORMADOR / R. Tamayo

Hace 66 años Francisco Hernández Rogelio estabeció su sastrería en el Centro de Guadalajara. EL INFORMADOR / R. Tamayo

GUADALAJARA, JALISCO (21/NOV/2016).- En la Guadalajara de antaño la gente acostumbraba a vestir ropa hecha a su medida. Era una costumbre que los hombres tuvieran sus sastres de toda la vida, quienes los conocían casi como sus doctores y a quienes les encargaban sus vestimentas para todas las ocasiones especiales del año. Los hombres sabían identificar quién usaba de cuál. En el Centro había más de 60 sastres atiborrados de trabajo. Eso era antes de que llegaran influencias de otras ciudades, la maquila al mayoreo o piezas importadas. Así lo recuerda el tapatío Francisco Hernández Rogelio, “El sastre de usted”, quien desde 1950 se dedica a un oficio que ahora considera moribundo.

En el número 533 de la calle López Cotilla, el negocio ubicado en la planta alta se perdería de entre las librerías que están alrededor de no ser por el letrero “Hernández” que se vislumbra en la ventana de afuera. Cuando se suben las escaleras se olvida que afuera pasan camiones y automóviles, que la gente camina apresurada entre el ruido y el esmog, que se vive de prisa entre compras de último minuto sobre todo en épocas navideñas. En se sitio lleno de trajes a medio coser y máquinas antiguas Hernández Rogelio nos recuerda que hace no muchos años los tapatíos mandaban a hacer sus trajes para verse y sentirse bien.  “Se perdió mucho el uso de los trajes o prefieren ropa de marca como Armani. Encontramos a la vuelta de la avenida trajes a 700 pesos”, explica.

Conoce tu figura

“Como usted sabe todas las personas tenemos cuerpos distintos, somos asimétricos, unos somos más panzones, chaparritos, de todo. Especialmente los llenitos que se mandan a hacer un traje les encuentran bien a la medida, ve su complexión, su forma y le hace su traje adecuado”, señala Francisco Hernández Rogelio.

Señala que por ejemplo una talla 40, en donde el pecho es el que manda, no queda igual para los diferentes tipos de cuerpos. “Si tiene las manos más grandes o chicas hay que cortarle, o aunque sea talla 40 no es exactamente la que necesita la persona”.

Si alguien tiene los brazos más cortitos va a sobrar y no luciría el talle. Al igual que el pantalón, que es el mismo, no le quedaría. “Se pierde el ancho y queda un tubo deforme debido a que es la talla de la cintura”.

Considera que actualmente se ha perdido la tradición uno porque muchos hombres ya no se ponen trajes, aunque a veces tiene que ver con la economía. “Yo me acuerdo que antes cuando se festejaban las quinceañeras los muchachos venían a hacerse sus trajes, pero se acabó eso, o los alquilan o ahora ya ni eso, se ponen un pantalón y camisa vistoso y con eso van todos iguales, aquello se terminó”.

EL DATO

Parar ponerse en contacto

López Cotilla 533 abierto de lunes a sábado. Llamar a principios de enero al 044-33-31-57-1406.

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