No reabrir TLCAN, sino agregar temas: Jaime Serra Puche

CIUDAD DE MÉXICO (28/JUL/2016).- México debe agregar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte temas como el comercio electrónico y medidas anticorrupción —no incluidos en la negociación de 1993— antes de aceptar el diálogo de renegociación que han propuesto los candidatos estadounidenses durante la campaña por la presidencia, consideró Jaime Serra Puche, exsecretario de Hacienda y Crédito Público, principal negociador de México en el TLCAN y presidente de SAI Consultores.

En entrevista con El Financiero, agregó que la situación actual de Europa con el Brexit y en Asia con la indecisión china de su filosofía de crecimiento pueden ser ventajas para colocar mejor al bloque de Norteamérica, que incluye a Canadá, EU y México, frente a sus competidores.

—¿Cómo debería México enfrentar las posturas que están surgiendo a partir de los discursos electorales en Estados Unidos?

— Tenemos que definir una estrategia clara como la que tuvimos durante la negociación misma. Parte de esa estrategia tiene que ver con educar al público sobre el tema, porque es un tema que se presta a pronunciamientos populistas de corto plazo. Hay que informar con inteligencia sobre los resultados. También hay que resaltar que no es una región donde nos vendamos los unos a los otros, sino una región donde producimos conjuntamente, lo que nos vuelve más competitivos. Ese debe ser el discurso: proteger la competitividad mediante una actualización del TLCAN, donde se puede discutir comunicaciones, energía, temas simplificados de reglas de origen e incluso medidas anticorrupción que agregarían grados adicionales de competitividad frente a otras partes del mundo.

Lo que está pasando en Europa con el Brexit y en Asia con la indecisión china de su filosofía de crecimiento pueden ser ventajas para colocar mejor a nuestro bloque frente a sus competidores. Estas acciones se tienen que realizar antes de abrir la negociación.

—Ambos candidatos a la presidencia de Estados Unidos han mencionado la posibilidad de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. ¿A qué se deben estas declaraciones?

—No es la primera vez que se tienen ese tipo de pronunciamientos en los debates políticos en Estados Unidos, particularmente en las primarias entre los demócratas. Lo único que veo diferente es que este debate siempre era entre demócratas, ahora el propio candidato republicano es quien ha tenido la iniciativa de esta idea poco clara y poco definida.

Me parece que sí hay ciertos riesgos que requieren de un posicionamiento de México y de los gobiernos de los tres países que sepa lidiar con este tema en las próximas semanas.

Nadie ha definido qué quieren decir por renegociar, ni la sustancia sobre los temas. Es muy difícil emitir un juicio sobre pronunciamientos tan generales.

—Se ha mencionado incluso la posibilidad de abandonar el tratado si Estados Unidos no obtiene las condiciones adecuadas. ¿Está el presidente en facultades para hacer esto?

—El tratado tiene una cláusula de salida. Este artículo en efecto le da la autoridad al ejecutivo a que, con un aviso de mínimo seis meses, pueda anunciar que se retira del tratado.

En este momento hay un debate técnico entre abogados sobre si esto se puede hacer por los ejecutivos o si requiere también una aprobación de los legislativos, es una discusión novedosa.

De cualquier manera una disposición de esa naturaleza es un asunto delicado porque es un tratado que ha funcionado por 20 años y beneficiado a los tres países, particularmente porque en los últimos 25 años se han formado acuerdos regionales en el mundo y hoy en día más de la mitad del comercio mundial se hace con reglas parecidas a las del TLC.

En las próximas semanas tenemos que realizar un análisis más serio de qué es lo que tienen en mente los líderes de los tres países, particularmente en la campaña estadounidense.

¿A qué se refieren por renegociar o cambiar? Cualquier cambio o medida proteccionista que genere un obstáculo al interior de América del Norte resta competitividad frente al mundo: es el equivalente a que los tres países nos demos un balazo en el pie.

—¿Cuál es su opinión sobre la política que promovería posibles penalizaciones a las empresas estadounidenses que establezcan su manufactura fuera de aquél país?

—Las autoridades no pueden prohibir que las empresas tomen decisiones de dónde hacer sus plantas, pues estas se realizan con un enfoque en la conveniencia económica, de ahí que estas medidas sean muy peculiares y poco racionales.

Por otra parte, me parece que no se han detectado las razones por las que se han perdido empleos en las zonas industriales más anticuadas de este país: creo que esto se explica mucho mejor con la revolución del Internet que con los tratados de libre comercio.

Sólo para que nos demos cuenta del impacto que un tratado de libre comercio como el nuestro puede tener: México debe exportar alrededor de 15 por ciento de las importaciones totales de los americanos, que representa alrededor del 1.5 por ciento del PIB de Estados Unidos. Suponer que esto ha significado una caída masiva de empleos es absurdo.

—Trump ha amenazado incluso con abandonar la Organización Mundial de Comercio. ¿Resulta factible?

—Formal y legalmente sí podrían tomar la decisión de abandonar la OMC. Creo que no saben bien a bien lo que están diciendo, porque esto sería una señal de proteccionismo que minimizaría mucho el debate por el TLCAN.

El antecedente más serio que han tenido en este sentido viene de la gran crisis financiera de 1929, donde incorporaron aranceles para proteger a sus industrias en plena crisis, lo que afectó el crecimiento de la economía americana y extendió la crisis al resto del mundo.

Si de esas experiencias históricas no se han aprendido las consecuencias del proteccionismo entonces sí estamos en un problema.