Tradicional venta de pitayas trasciende generaciones

GUADALAJARA, JALISCO (18/MAY/2016).- La tradición de la venta de pitayas en la zona conocida como "Las Nueve Esquinas" en Guadalajara continúa gracias al empeño de las familias de comerciantes que vienen de distintos municipios del sur de Jalisco.
 
La Dirección de Tianguis y Comercio en Espacios Abiertos de Guadalajara agregó que esta costumbre trasciende generaciones y ahora los integrantes más jóvenes son los encargados de traer las pitayas a esta ciudad, con la guía y consejo de sus padres y abuelos.
 
Indicó que esta temporada el Gobierno de Guadalajara otorgó 59 permisos para los comerciantes de pitayas, 57 de ellos son semifijos y dos itinerantes que tendrán vigencia hasta julio próximo.
 
En el cruce de Nueva Galicia y Colón, Mayra Rodríguez y su esposo continúan la tradición de la familia López al traer todos los años pitayas desde Techaluta de Montenegro hasta las 'Nueve Esquinas', en Guadalajara.
 
Mayra Rodríguez comentó que "desde las 10 de la noche comenzamos a cortarla, para que ya estén listas las limpiadoras y ellas empiecen a las 12 de la noche, es mucho trabajo para poderla traer temprano a Guadalajara".
 
Expresó que ella y su esposo atienden el puesto, y los precios por unidad van de los 4 a los 10 pesos, dependiendo del tamaño de la pitaya.
 
A su vez, María Vergara Meza comentó que desde hace seis años viene a las 'Nueve Esquinas' a vender pitayas y guamúchiles de Techaluta, pero su familia tiene más de 20 años de ser parte de esta tradición.
 
Mencionó que los hombres de su familia deben recoger las pitayas "a las 12 de la noche, para que las mujeres las limpien y después comiencen a cargar las camionetas a las siete de la mañana".
 
Por su parte, la señora María García Ruiz manifestó que viene de Amacueca y está por cumplir 80 años, y su familia fue de las primeras que comenzaron a vender pitayas en el centro de Guadalajara.
 
Puntualizó que en este año, los comercios en la vía pública de pitayas fueron ordenados según criterios de respeto del espacio público, para que no obstruyan andadores, y dejen espacio al peatón.
 
 "Yo tengo 50 años vendiendo pitayas aquí, pero mi esposo tiene más años, también vendía en el tradicional mercado de San Juan de Dios, en la zona centro de Guadalajara", comentó.
 
Explicó que su esposo se encarga de vender los guamúchiles, mientras ella, sus hijas y nietos atienden el puesto, "mis hijos son los que se encargan de recolectar las pitayas de Amacueca y de traerlas a Guadalajara para que lleguen a las 10 de la mañana".
 
"La pitaya se sigue vendiendo muy bien, empieza abril y ya comienzan a llamarme los clientes para ver cuándo traemos pitayas", afirmó.
 
Conforme avanza la mañana los puestos de pitayas lucen más llenos de compradores, quienes aprovechan esta época del año para seguir con la tradición en la ciudad de Guadalajara.