Urge legislación para erradicar vacíos en trabajo desde casa

GUADALAJARA, JALISCO (10/ENE/2015).- José Guzmán es empleado de una empresa internacional de soluciones tecnológicas, en donde le permiten optar por esquemas de flexibilidad laboral, como en muchas compañías del ramo.

“De repente me sirve cuando tengo que hacer un pendiente, como ir al banco. Pero no te puedes desconectar. Tienes que estar al tanto de todo lo que pasa”.

Su trabajo involucra entablar comunicación con programadores en Estados Unidos, India, Rusia e Israel. Pasa gran parte de su tiempo en conferencias telefónicas discutiendo proyectos, por lo que no tiene que acudir físicamente para hablar con sus colegas.

Sin embargo, José procura ir a la oficina al menos cuatro de los cinco días de la semana laboral, pese a que su empresa se localiza en las afueras de la zona conurbada: “Hay gente que le dan una laptop y no la vuelves a ver. A mí no me gusta ser así, yo prefiero trabajar en la oficina”.

Explica que también es porque, a diferencia de su hogar, en la empresa tiene a su disposición dos computadoras, un teclado ergonómico, un teléfono de diadema y otras comodidades.

A la par de los beneficios para aprovechar el tiempo en casa y evitarse traslados, los teletrabajadores como José también deben poner en la balanza otros factores, como el gasto en electricidad y en telefonía, la necesidad de equipar su oficina en el hogar con mobiliario y artículos especiales. Y aún más preocupante, tienen que estar atentos de los recovecos de la actual legislación por si se presenta un escenario adverso.

El teletrabajo en México es relativamente nuevo, menciona Enrique Cuevas Rodríguez, investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

“Desde finales de los noventa ya se empezaba a hablar de él como una modalidad que se iba a utilizar en el país dado el éxito que estaba teniendo en Europa y Estados Unidos”.

La Organización Mundial del Trabajo lo define como: “La forma de trabajo efectuada en lugar distante de la oficina y/o de separación física y que implique el uso de una nueva tecnología facilitando la comunicación”.

En este escenario, el empleado puede desempeñar su actividad profesional fuera de la empresa de la cual forma parte, en un horario ya sea de tiempo completo o de tiempo parcial.

“El teletrabajador se evita costos, gastos de gasolina, de tiempo, y disminuye el estrés al que está sujeto al momento de trasladarse. Entonces evidentemente le proporciona mucha comodidad”, anota el investigador.

Para la empresa también hay ventajas, agrega, porque ésta no necesita disponer de un espacio físico y así se ahorra los gastos de renta y equipamiento, servicios como luz, agua e internet.

“Estos ahorros para la empresa evidentemente van a repercutir en un incremento en sus niveles de producción y de productividad. Hay estudios que demuestran que la persona que realiza el teletrabajo labora más que quienes están dentro de la empresa, ya que por lo general está sujeta a cuotas de producción, está sujeta a un régimen muy riguroso”.

Y no sólo las empresas relacionadas con la tecnología y el software han venido aplicando esquemas de trabajo desde casa. Desde hace un tiempo, el fenómeno de la educación virtual ha cambiado las condiciones de vida para los maestros y el concepto de hora-clase. Otras empresas han optado por el teletrabajo para actividades administrativas, de ventas y consultoría.

Francisco Valderrama, director del Trabajo en Jalisco, reconoce que hace falta concientizar a los empleados y a los empleadores sobre sus derechos y obligaciones, así como a los sindicatos, aunque la existencia de estos últimos corre peligro ante la expansión de los esquemas de flexibilidad laboral.

El riesgo es que el patrón aproveche el aislamiento de sus empleados y se susciten injusticias.

Ahorros y calidad de vida, beneficios en gobiernos

El teletrabajo es también una estrategia para reducir costos de la burocracia gubernamental. El Gobierno de Estados Unidos publicó en 2010 un decreto para impulsar entre sus distintas agencias modalidades de trabajo flexible, sin que esto signifique poner en riesgo sus funciones.

Los objetivos de Estados Unidos son claros: reducir costos administrativos, beneficiar al medio ambiente con la disminución del uso de automóviles pata trasladarse a los destinos y mejorar la calidad de vida.

En México no se conoce de ningún programa similar.

Cuestionado sobre si estos esquemas podrían aplicarse a la burocracia mexicana, el director del Trabajo en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Francisco Valderrama, reconoce que es necesario que el mismo Gobierno ponga el ejemplo de los beneficios de estos esquemas.

“Hay países como Argentina y Brasil donde son pioneros, los gobiernos son los que principalmente han dado ese tipo de trabajos como un muestreo, y les ha dado buenos resultados”.

De hecho, en Argentina existe una Coordinación de Teletrabajo desde 2006, una dependencia del Ministerio del Trabajo, la cual se avoca a promover esta modalidad laboral en la iniciativa privada velando al mismo tiempo por el respeto a los derechos de los empleados. En América Latina también hay esfuerzos similares en los gobiernos de Colombia y Costa Rica.

DATO
¿Qué es el teletrabajo?

La Organización Mundial del Trabajo lo define como: “La forma de trabajo efectuada en lugar distante de la oficina y/o de separación física y que implique el uso de una nueva tecnología facilitando la comunicación”.

GUÍA
Laborar por objetivos en lugar de horas

¿Cómo medir la productividad?

El teletrabajo ofrece la posibilidad de laborar por objetivos en lugar de horas, lo que representa un cambio en la usanza de las empresas mexicanas. Permitir que los empleados laboren desde casa significa un voto de confianza para ellos, pero también hay mecanismos para asegurarse de que efectivamente se cumplan con las expectativas.

¿Cuál es el ejemplo?

La encargada del Programa de Diversidad de IBM, Cecilia de la Vega, explica cuáles son las políticas de su empresa al respecto: “Una persona que solicita un home office, parte de que lo pueda mantener tiene que ver con su rendimiento. No tenemos una métrica tal cual, porque tenemos puestos multidisciplinarios que dependen de muchos factores y los objetivos son distintos. Pero sí es a discreción gerencial que si una persona solicita una opción de trabajo flexible, su desempeño debe mantenerse o mejorar, porque es una herramienta”.

¿Desaparece vigilancia?

Cecilia de la Vega opina que lo que está descartado es vigilar al empleado, pues la filosofía de IBM se basa en la confianza: “No se cuentan las veces que alguien va al baño o a comer, o si se mete a revisar sus redes sociales. Nuestra cultura es de innovación, de compartir, conocimiento y de generar soluciones”.

¿Visión de la autoridad?

El director del Trabajo, Francisco Valderrama, aporta: “Lo ideal es que a través del Comité Estatal de Productividad empecemos a regular ese tipo de mecanismos, y lo que se requiere es que esas comisiones sean mixtas, donde un patrón y un trabajador que sean peritos en la materia, puedan homologar criterios y salarios”.

¿El más beneficiado?

Para Enrique Cuevas, investigador de la UdeG, las empresas en México necesitan transformar sus valores y someterse a un cambio cultural:

“Piensan que si no tienen el trabajador a la mano, éste no va a trabajar. Pero está comprobado que el trabajador de hecho es más eficiente desde su casa que en la oficina”.

Por eso, concluye que las ventajas son mayores para las empresas.

“El empresario debería considerar estos costos y beneficios porque a fin de cuentas es mayor beneficio para la empresa que para el trabajador”.

LA HISTORIA DE IBM
Aplican política exitosa de conciliación vida-trabajo

La posibilidad de trabajar desde casa o en horarios flexibles no sólo debe ofrecerse a grupos vulnerables como las madres solteras, que necesitan tiempo para atender a sus hijos, o las personas con discapacidad que tengan dificultades para trasladarse, sino que debe ser un fenómeno que impacte positivamente la vida de todos.

Ésa es la política de conciliación vida-trabajo que ofrece IBM a sus empleados en México, quienes pueden optar por diversas modalidades de empleo flexible entre las que se encuentran la opción de trabajar desde casa y la de ajustar sus horarios en sólo cuatro días de la semana.

“También tenemos la opción de un horario individual, alguien que por su situación familiar necesita llegar más tarde o más temprano de la oficina, o conectarse más temprano de manera remota”, expone Cecilia de la Vega, encargada del Programa de Diversidad de IBM en México.

“Entendemos que la conciliación vida-trabajo es para todos. Es tan válido si tengo que llevar mi perro al veterinario o si tengo que llevar a mi hija al ballet. Las familias son cada vez más distintas, además de que IBM es una empresa globalmente integrada”.

Los empleados de IBM pueden combinar sus horarios entre la oficina y la casa, gracias a que la empresa les proporciona una laptop para conectarse de manera remota. Esta posibilidad también se debe a que se trata de una compañía global, “y el mundo ya no duerme nunca: siempre va a haber alguien que tenga que hacer algo a toda hora”.

Pero no todos prefieren estas modalidades. Cecilia de la Vega considera que las ideas preconcebidas sobre qué es el trabajo están fuertemente arraigadas en distintos grupos generacionales.

“Para un empleado que tiene entre 50 y 65 años, el trabajo es un lugar al que se va. Yo voy a trabajar y me traslado a un sitio a generar cierta actividad. Para un millennial (se les llama así a las personas nacidas de 1980 a 2004), que ya están integrados a la tecnología, el trabajo es algo que se hace. Ese matiz hace mucha diferencia”.

No todos los puestos se prestan para realizarlos a distancia, admite Cecilia. Quienes están en el área de manufactura, por ejemplo, difícilmente pueden hacer trabajo remoto fuera de las fábricas.

“Funciona mucho mejor en temas de back office. Pero si una persona es comprometida, podemos encontrar la forma”.

Opina que estas políticas podrían beneficiar a otras empresas, no sólo del ramo tecnológico. “Incluso es una de las ofertas que IBM hace a sus clientes: tenemos equipo que puede soportar trabajo remoto, tenemos tecnologías de aplicación social, ofrecemos a nuestros clientes la tecnología para que ellos también puedan tener este tipo de trabajo”.

FRASE

"No es un premio ni un beneficio: es una herramienta. Nosotros utilizamos las políticas de trabajo flexible para trabajar mejor, para integrar la vida laboral. Todos trabajamos de forma distinta y por eso son importantes los programas de diversidad "

Cecilia de la Vega, directora del Programa de Diversidad de IBM.

FRASE

"La burocracia tiene tiempos muertos y esa falta de trabajo en la oficina puede orientarse a un esquema de objetivos para que el funcionario cumpla mejor (con el teletrabajo) "

Enrique Cuevas Rodríguez, investigador de la UdeG.

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