En el sistema financiero internacional existen vehículos de inversión cuya finalidad es buscar activos con el más elevado retorno, pero que contienen una dosis altamente riesgosa. Son legales y se rigen bajo las fuerzas del mercado de oferta y demanda.Los fondos buitre, altamente “pacientes”, “especulativos” y “riesgosos”, invierten en papeles soberanos o corporativos que podrían entrar a un proceso de reestructuración y se los compran a los inversionistas que quieren deshacerse de estos títulos a un descuento muy importante; esperan a que en el transcurso del tiempo se pueda reestructurar esa deuda y recuperar su inversión, toda vez que pueden proceder judicialmente para el cobro total de los bonos más los intereses por los años adeudados.Quienes están detrás de estos fondos son empresarios o personas físicas que se concentran en ese tipo de inversiones “riesgosas”, comúnmente están domiciliados en paraísos fiscales, pero sobrevuelan todo el mundo, por lo que no se tiene una contabilidad precisa de sus activos administrados. Se les llama “buitre” porque se aprovechan de la crisis, ya que ni siquiera invierten en los países o empresas para su crecimiento, sino invierten cuando explotó la bomba, un default.Aunque el caso de Argentina deja un mal antecedente para la comunidad financiera, México no es manjar para los “fondos buitre”, garantizó José Ángel Montaño. En entrevista con El Financiero, el analista de fondos de Moody’s sostuvo que México se está diferenciando de las economías emergentes, pues su riesgo crediticio es bajo, elemento poco atractivo para los fondos buitre.Expuso que lo que buscan es el riesgo, pero en México no hay activos riesgosos que se puedan ofrecerle a estos vehículos de inversión.
