Más pasa el tiempo, más cara la vida

GUADALAJARA, JALISCO (29/OCT/2013).- Hace diez años Porfirio Cortés y su esposa Felipa Preciado no sabían si quiera lo que era un celular. Ahora, él carga con 76 años y un teléfono móvil  en su bolsillo, ella, con 73 años, también. Es un gasto más que la vida les pone enfrente, así lo describen.
 
Más pasan los años, más sofisticada la vida y más costosa la supervivencia, reflexiona con seguridad la pareja. Lo malo es que lo salarios no aumentan parejo. Lejos quedaron los años cuando ellos recién iniciaban su matrimonio en el municipio de Zacoalco de Torres y el hombre llevaba 12 pesos diarios a la casa para mantener a su familia.
 
"En aquel tiempo la plancha no ocupaba luz. La poníamos encima de un brasero con leña o con carbón y ya así planchábamos la ropa. No teníamos televisión, ahorita ya hasta metimos el cable. Por eso se gasta más".
 
Pero no vamos tan lejos. Esta temporada de cosecha a Porfirio y sus hijos les van a pagar menos los kilos recaudados, en vez de que aumente como pasa con el costo de todo: las tortillas, la leche, el huevo, los camiones.
 
La pareja surte de mandado mil pesos cada mes, y así lo han hecho desde años atrás. La diferencia es que últimamente a los 10 días ya comienza la escasez y tienen que hacer rendir la comida.
 
Lo notan también en sus hijos. Ya no tan fácil dan su brazo a torcer para casarse y formar una familia, por la incertidumbre para sacar el sustento.
 
"La muchachada ya no piensa en casarse porque tantea no hacerla. Necesitan buscar una maestra o alguien con un salario fijo. Y ya tiene que ser entre los dos, la mujer también trabaja".
 
Además que sale caro enfermarse. Porfirio y Felipa están de visita en el Centro de Guadalajara porque tienen una cita con el doctor, en la que se les irán 600 pesos, más dos mil 500 de estudios médicos. Antes no había nada de eso, con remedios caseros era suficiente, o para tener hijos, ponen de ejemplo, con cobijas limpias en casa y las manos de una partera. Antes era más fácil la vida.
 
EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA