Las ballenas jorobadas, un plus de imán turístico

GUADALAJARA, JALISCO (19/ENE/2013).- ¿Un lugar que permita acercarse a ver una ballena a 30 metros? La bahía de Banderas, tanto en las cercanías de Puerto Vallarta como de Nayarit.
 
Por eso las aguas de esta bahía se confirman como un punto turístico especial para quienes gustan del turismo de aventura.
 
Esto se pone en evidencia con el consecuente atractivo turístico para los visitantes de Puerto Vallarta y el vecino estado de Nayarit, al que acuden a la observación de estos mamíferos durante su temporada de llegada que se registra en todo el periodo invernal (desde diciembre hasta marzo).
 
Con gran conocimiento de causa, la oceanóloga Isabel Cárdenas comenta que las aguas de esta gran bahía son todo un espacio muy amigable para las ballenas que llegan a este sitio del Pacífico mexicano desde hace un buen tiempo, donde los cetáceos gigantes "han aprendido a convivir" con los turistas que se acercan a observarlas.
 
La oceanóloga destaca que se ha establecido un buen control al regular el acercamiento de las  embarcaciones a las ballenas, por lo que éstas se muestran por lo general tolerantes, aunque en algunos casos se dan situaciones en que los animales lo interpretan como acoso en su contra.
 
Insiste que en general las ballenas son tolerantes, pero si los animales  llegaran a sentirse incómodos por el acercamiento de sus observadores, proceden a sumergirse en las aguas del océano y salir de nuevo a la superficie en un lapso promedio de diecisiete minutos.
 
El ecosistema de la bahía es un sitio a modo de lo que buscan las ballenas, ya que las aguas no tienen el frío intenso de playas de más al norte del continente, ni tampoco se tiene en su hábitat situaciones de tráfico excesivo de naves que les pudieran molestar, como sucede con las maniobras en las  empacadoras de atún que existen en otras latitudes del litoral del Pacífico, indica.
 
Isabel Cárdenas refiere que en cada temporada de arribazón, llegan entre 300 y 500 individuos, aunque no todos lo hacen en el mismo año.  También habla de que se tienen identificadas unas mil ballenas, lo que supone un catálogo de sus colas y su porción ventral para identificarlas.
 
Un punto peculiar que se puede apreciar en un acercamiento a las ballenas, es el romance entre machos y hembras, en el que se tiene el rito de los cortejos y que implica el marcaje de su territorio y la emisión de sonidos especiales de parte de los machos, acompañado del coqueteo femenino (a través de sus saltos de las hembras) como partes del protocolo de un ciclo vital reproductivo de la especie.  
 
Varios negocios operadores de excursiones ofrecen un servicio donde se brinda aproximación a estos mamíferos, e implica también la participación de personal conocedor de la vida y hábitos de estos cetáceos. La observación es todo un safari marino muy propicio para la toma de fotografías y videos de la experiencia singular de avistamiento, en una travesía que requiere de tres a cuatro horas.
 
Ante el hecho de que el turismo valora cada vez más la originalidad de las experiencias vividas, la observación cercana de estos cetáceos de un peso cercano a las 34 toneladas (los  machos), sus acrobacias y sus zambullidas, son toda una ocasión especial para disfrutar una ida a los destinos de la bahía de Banderas, ya sea en Puerto Vallarta o sus lugares aledaños de Nayarit o el mismo estado de Jalisco.
 
Para saber
 
Estos cetáceos pueden tener una vida de hasta 60 años. Las embarcaciones equipadas permiten un acercamiento de 60 hasta los 30 metros , (según el tamaño de la embarcación) de donde se encuentran estos ejemplares.  A fines de abril los animales se retiran.
 
Fuente. Secretaría de Turismo-Semarnat.
 
EL INFORMADOR / SALVADOR Y MALDONADO