Pasión, fricción y algo más en el Clásico Tapatío

ZAPOPAN, JALISCO (17/ABR/2016).- La fricción comenzó horas antes del Clásico Tapatío. La pasión se desbordó en casa de las Chivas desde el arribo de la Reja, una de las porras del cuadro del Rebaño, y otros grupos más.  
 
Y es que con tal euforia hicieron retumbar las inmediaciones del coloso rojiblanco. El plato fuerte de la jornada estaba puesto, siendo los protagonistas Guadalajara y Atlas.
 
Ambos cuadros llegaban a este encuentro con circunstancias muy distintas. En el papel, Atlas parecía la víctima; y ya de entrada, en la tribuna también. Extasiados estaban los seguidores del chiverío, porque su equipo va en ascenso en el torneo y con aspiraciones de Liguilla.
 
Mientras, los atlistas, esperaban con ansias poder rescatar algo de orgullo ante el acérrimo rival, una vez que el Clausura 2016 está tirado por la borda.
 
El ambiente, inmejorable. Aunque a las afueras del estadio, poco antes del silbatazo inicial la fricción entre aficionados de ambos equipos no se hizo esperar. Al final, nada que lamentar y todo quedaba en dimes y diretes entre seguidores de uno y otro equipo.
 
Como amplios favoritos, la gente de Rebaño se hacía sentir y buscaba intimidar a cualquier rojinegro que se le apareciera. Sus cánticos no pararon; unos alentaban y otros ofendían, era la realidad.
 
Esta intensidad se trasladó a la cancha una vez que comenzó el juego. Del mismo modo, se hizo sentir Rafael Márquez con barridas a destiempo y con destellos de aquel jugador que por momentos no se toma las cosas con serenidad.
 
El público no se lo perdonó. Y apenas tocaba el balón el 'Kaiser' y la gente le reprochaba con abucheos y silbidos, como a ningún otro jugador de los Zorros.
 
No obstante, el ritmo de juego se fue apagando, no así el ambiente. Pese a la pobre exhibición en gran lapso del segundo tiempo, tanto rojinegros como rojiblancos no pararon de saltar, cantar y apoyar.
 
Hacia el final del partido, la gente estuvo eufórica, pues el coloso explotó con el gol de último momento de Jair Pereira, quien emergió en el área en un saque de esquina para cabecear y meter el único tanto del partido, el cual le dio la victoria a las Chivas y tres puntos valiosos que los mantienen en zona de Liguilla.
 
Un Clásico Tapatío que se guardó las emociones y lo mejor para el final. Un partido único, que vuelve loca a toda una ciudad y, que en esta ocasión, le perteneció al cuadro del Guadalajara. Prácticamente al silbatazo final, los aficionados despidieron a los jugadores del Rebaño como auténticos héroes.

EL INFORMADOR / ROBERTO ALARCÓN