Las noches son de velocidad en Toluquilla

GUADALAJARA, JALISCO (05/OCT/2015).- El correr de la adrenalina es palpable en cada rincón. El rugir de los motores, el chillar de los neumáticos y el humo que despiden las gomas en su contacto con el asfalto llenan de vida las noches.

Al Autódromo Guadalajara tiene una característica especial durante tres noches a la semana. Su recta de 402 metros de longitud se convierte en el lugar en el que decenas de tapatíos y visitantes de otras latitudes del país se dan cita para liberar la tensión pisando el acelerador a fondo.
Es la cultura de los arrancones en Toluquilla, donde cada miércoles, viernes y sábados por la noche, la pista del cuarto de milla cobra vida con todos estos elementos tan característicos de la velocidad.

Se trata de una tradición que data desde hace cerca de 10 años, con el simple objetivo de alejar a los jóvenes de las calles y los arrancones clandestinos en los que ponían en riesgo su seguridad y la de terceros, comenta Mario Álvarez, administrador del Autódromo Guadalajara, que abre sus puertas para los apasionados a la velocidad las noches de miércoles, viernes y sábados, cada día destinado para un público en específico.

Desde las nueve de la noche los miércoles y viernes, la pista de cuarto de milla del autódromo se abre para aquellos que viven y sienten la adrenalina de los arrancones. A mitad de semana, los apasionados de la velocidad que se dan cita se caracterizan por llevar sus coches modificados, a fin de alcanzar velocidades de alrededor de 250 kilómetros por hora, con las que buscan recorrer los 402 metros en tiempos que van desde los 10 hasta los 15 segundos.

Los viernes, distintos clubes automovilísticos de la ciudad se congregan sobre el asfalto para poner a prueba la potencia de sus máquinas, además, se trata del día en el que mayor variedad de automotores desfilan sobre la pista.

Y los sábados, día en que las actividades comienzan a las seis de la tarde, desde horas antes las familias de pilotos profesionales se dan cita para hacer el asado, una convivencia entre amantes de la velocidad que comparten experiencias y consejos en torno a este deporte.

Al final de cuentas, como dice Mario, todos en Toluquilla son una familia. “Los cuartomilleros somos una familia. Todos nos conocemos, todos nos damos la mano, sabemos que carro se trae y que modificación se le está haciendo”.

Y como es tradición, la noche es la mejor aliada de la velocidad, pues los pilotos corren con mayor comodidad, además de que sus actividades del día concluyeron satisfactoriamente. “Sabemos que en la noche se corre más sabroso, es más rico correr el cuarto de milla y disfrutas más al estar con la tranquilidad, la frescura”.

Para poder pisar el acelerador a fondo se requiere de sangre fría o ser una persona que viva para sentir la adrenalina correr por las venas. Lo que es un hecho, es que esta cultura está lejos de desaparecer. “Es impresionante hoy en día esta modalidad; puede ser moda, pero ha ido creciendo mucho entre los jóvenes, a quienes les recomiendo que no arriesguen su vida y la de terceros, que vengan a correr a un autódromo seguro y profesional”, concluye Mario Alberto Álvarez.

Seguridad ante todo

La recta de cuarto de milla del Autódromo Guadalajara es una pista federada, esto quiere decir que cuenta con el aval y cumple con las recomendaciones de la Federación Mexicana de Automovilismo, además, la administración del recinto tiene estrictas medidas para preservar la seguridad de las personas que acuden a los arrancones.

Antes de cualquier cosa, cada piloto o persona que desee correr tiene que firmar una responsiva en la que acepta estar consciente del riesgo que corre al participar en los arrancones; si un menor de edad es quien va a correr, este tiene que ir acompañado de un adulto que se responsabilice y firme la responsiva por él.

Mario Álvarez, administrador del Autódromo Guadalajara afirmó que está restringido el ingreso de sustancias prohibidas que puedan consumirse por alguien que ponga en riesgo su seguridad y la de los demás.

Ante cualquier eventualidad, se cuenta con el apoyo de bomberos y paramédicos debidamente capacitados, además de que se cuentan con herramientas indispensables, como una ambulancia de terapia intensiva y unas quijadas de la vida en caso de algún accidente aparatoso.

Especificaciones de la pista

Siguiendo las normas que indica la Federación Mexicana de Automovilismo, la pista de cuarto de milla del Autódromo Guadalajara cuenta con las siguientes características.

- 402 metros de longitud (1/4 de milla).
- Recta de 600 metros de longitud para frenado.
- Trampa de arena para reducir la velocidad de un coche al que le fallaron los frenos.
- Muro de neumáticos y concreto al final de la trampa de arena para contener un impacto.
- 18 metros de ancho.
- Muros de contención de un kilómetro de largo, 80 centímetros de alto y 40 centímetros de anchura.
- Árbol de semáforos y sistema computarizado en el que se miden los tiempos de cada coche.

CONTRA EL ESTRÉS

Siempre quiere más

Jorge Ramírez, de Aguascalientes, dice no ser un completo experto en coches, pero el sentir la adrenalina lo llama a que al menos una vez al mes desde los últimos cuatro años a correr en su Pontiac TransAm 1998 sobre la pista del cuarto de milla de Toluquilla.

“Es un desestrés para mí, es emocionante. Esto es como una competencia, pues entre más corres más quieres (bajar el tiempo), cuando comencé hacía 16 segundos y ahora ya estoy en los 10 y medio”.

Con velocidades que alcanzan los 250 kilómetros por hora sobre el asfalto de Toluquilla, para Jorge es indescriptible narrar el cómo se siente la adrenalina correr por las venas, pero lo que para él es un hecho, es que no deja de ser emocionante y satisfactorio.

Por último, Jorge deja en claro que detrás de los arrancones hay más cosas positivas que negativas. “Esto es algo muy positivo, es un vicio positivo, es mucho mejor que tomar o fumar, es un deporte sano”.

PILOTO ADOLESCENTE

Lo trae en la sangre

En los arrancones de Toluquilla se puede encontrar todo tipo de personas, hasta a aquellas que pocos o casi nadie se imaginarían.

En este grupo entra Ruth López Martínez, una pequeña de 13 años de edad que sorprende por el hecho de practicar arrancones desde que tenía 10 años.

Ruth heredó de sus padres el gusto por la velocidad y pisar el acelerador a fondo. “Viene de familia, mi madre y padre corren, además, la adrenalina se siente bien”.

Y como buena amante de sentir la adrenalina, ella dice que en cada ocasión busca superar sus mejores tiempos, pues ha tenido registros entre los 10.50 y los 13 segundos en el cuarto de milla, tiempos con los que se ha ganado la admiración y respeto de sus mayores y pilotos más experimentados.

“La primera vuelta sí te da muchos nervios, porque no sabes lo que va a pasar, pero en las siguientes cuando te sientes tranquila tienes ganas de más y más, hasta que se acabe la gasolina que traes”.

Sus ambiciones en el deporte son amplias, pues desea ser reconocida como alguien grande en esta actividad; además, encuentra en su familia un gran soporte. “Me dicen que le eche muchas ganas y que entre a dar lo mejor de mí, pues en los que son eventos tienes que esforzarte mucho y tienes que salir a ganar”.