De los toros con verdad

El triunfo ganadero del hierro de moda de Núñez del Cuvillo, con indulto de por medio en la Maestranza de Sevilla, hacía concebir halagüeñas esperanzas en su comparecencia en Las Ventas de Madrid. Y máxime siendo la única ganadería que presenta dos corridas de toros en la misma feria y, por supuesto en dos carteles de primera categoría, sólo que…

Sólo que el gozo se fue al pozo…Al pozo, que sí, cuando se ha tratado de un encierro muy por debajo de lo que exige el coso de la calle de Alcalá, toda vez que se trató de astados muy desiguales por cuanto a hechuras en lo que iba el concepto de trapío e imponencia.  

Mala carta de presentación, a lo que hay que añadir las lidias que ofrecieron, que fueron en matices de mansedumbre con alguno, el quinto, con bravuconería, pero los más faltos de fondo y rajaditos.

No, ni con poco era lo que se deseaba y esperaba.  Decepcionante, pues…
Bien conocido en el coso matritense como novillero, apreciado y respetado, el espigado torero jalisciense, originario de Teocaltiche, Arturo Saldívar, carta fuerte de promesa mexicana, salió a confirmar su doctorado simple y llanamente a por todas. Mucha actitud y franca determinación enmarcadas en una valerosa expresión a lo largo de toda su actuación, fue el que más entusiasmó.

Con el capote se empleó en lances a pies juntos y chicuelinas rematadas con revolera que se le jalearon, para iniciar de rodillas en el centro mismo del platillo citando de largo y con aguante jugándosela de verdad cuando el toro no iba metido en la muleta y sí muy suelto de cabeza. Exponiendo mucho, estuvo firme y dándose el arrimón.  Toreo por abajo con las dos manos y por ambos lados muy embraguetado con un viento que no dejó de molestarle, terminando con lasernistas y manoletinas aplaudidas para cobrar estocada defectuosa perdiendo el engaño. Era el ejemplar que abría tarde y la gente un tanto cuanto fría todavía premió con salida al tercio, cuando bien hubiese merecido la vuelta al ruedo.

Valiente cabal con el sexto se puso en el sitio logrando momentos aislados y dejando plena constancia de su entrega y posibilidades. Rodaje con el toro español es lo que le valdrá para irse consolidando y realizándose como, repito, la promesa esperanzadora de la torería mexicana.

He visto a Morante, ¡vaya pedazo de torero…!  En una tarde en la que faltó el acoplamiento dadas las características de los de su lote.  Simplemente no sirvieron, alcanzando sólo detalles de su artística torería pero…  Pero detalles al fin.  La sutileza de sus toques en sus elásticas muñecas y el leve quiebre de cintura no alcanzaron altura saliendo, lo afirmo, casi inédito de la arena venteña.

Buen momento creo por el que atraviesa Alejandro Talavante. Dentro de su personal expresión, creo que tampoco pudo destacar, lanceando a pies juntos al noblón tercero que tuvo poca entrega, terminando afligido el diestro en una faena larga pero carente de lucimiento.

Con el quinto, un bravucón muy irregular de juego que arreaba de principio terminando muy sometido, Alejandro se ganó el batir de palmas en series de naturales consintiendo mucho y llevando muy toreado al burel con temple pero sin el ritmo claro de la ligazón por la condición del Núñez del Cuvillo.  No destacó con la espada y su actuación pasó un tanto cuanto desapercibida.  A verle con buen talante para su repetición.

La majestuosa plaza llena hasta la bandera en una tarde espléndidamente fresca, pero con un vientecillo que molestaba más, como por estos lares se dice, que una mosca cojonera.
Correo electrónico: francisco@baruqui.com