GUADALAJARA, JALISCO (15/OCT/2016).- Para muchos el teatro es sinónimo de edificios bellamente decorados, camerinos repletos de actores y un enorme escenario. Pero hay otros que consideran que el arte escénico no necesariamente tiene qué ver con lo que se ve, sino con lo que despierta en la mente de los espectadores. Y el mejor ejemplo de esto es Musarteti.La Compañía Teatral Musarteti tiene 30 años de llevar funciones a dónde quiera que haya público dispuesto a escucharlos. Con proyectos enfocados para toda la familia, ellos andan por explanadas de mercados, auditorios a cielo abierto, plataformas construidas en plazas y edificios públicos o privados. Lo importante no es dónde, sino que haya quienes tengan el ánimo de acompañarlos.Hoy por hoy, sus integrantes forman parte del Festival Cultural Guadalajara Sucede, donde ofrecerán una serie de presentaciones para el público en diversas colonias, como La Federacha, San Juan de Dios y el Centro de la ciudad.Tras presentarse el miércoles pasado en la explanada de La Federacha (cruce de Av. De la Cruz con Belisario Domínguez) con la puesta “S.O.S.: Un mundo en peligro”, María del Carmen Pérez, directora artística de la compañía, explica que “Musarteti surge hace 30 años y desde entonces esa ha sido nuestra misión llevar teatro para todos. Hemos estado trabajando en diversos municipios del Estado de Jalisco. En esta función sentimos a la gente muy bien, al principio muy tímida, pero al final muy metida”.Sonriente tras la función, María reconoce que una de las partes más hermosas del teatro de calle es la conexión que se logra con los asistentes. “Es un reto, porque al estar en un lugar público puedes convocar a mucha gente, pero si lo que les muestras no les gusta, no van a dudar en levantarse de su lugar e irse. Hoy por ejemplo nos fue muy bien, y el gente pasó un gran rato”.La directora de Musarteti remata asegurando que si bien la compañía tapatía es reconocida por cautivar al público infantil, su apuesta es más amplia. “Nuestras obras son para toda la familia. Lo que pensamos sí es dejar un mensaje, pero sobre todo, armar la convivencia. Este tipo de espectáculos es para que la familia se encuentre. Se ven papás, abuelitos, niños. La obra se resuelve gracias a la gente. No tenemos personaje buenos ni malos, sino circunstanciales”.
