Un viaje literario a los años treinta

GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2016).- ¿Qué papel tuvo México en la Segunda Guerra Mundial? Pese a que este periodo trágico de la historia de la humanidad ha generado ríos de tinta de historiadores, novelistas, filósofos y hasta poetas, aún quedan relatos por contar, episodios que han permanecido prácticamente ocultos frente a los ojos de la opinión pública.

Por ello, el escritor Rolando Loubet escribió “Los días de la guerra”, una novela que narra la historia de un joven militar que incursiona en este conflicto bélico desde Ensenada, donde investiga sobre los materiales de contrabando.

Al centrar el foco de la acción en lo que sucedía en México durante esos años de guerra, y no en el frente que se daba en Europa, el autor pone la mirada en la vida cotidiana que se vio afectada por la guerra, sin los grandes enfrentamientos, pero sí con las grandes intrigas. Espionaje, contraespionaje, cargamentos misteriosos, contrabando… En las páginas del libro, el personaje central comparte su búsqueda con un viejo revolucionario, veterano del movimiento armado que surgió para retirar a Porfirio Díaz del poder.

El autor comentó que los años previos a la Segunda Guerra Mundial, México fue como un “terreno de intensa actividad de espionaje, de intrigas y desconfianzas, de forcejeo diplomático ante las presiones de las potencias y de clímax nacionalistas”. Y no era para menos: en el lapso que comprende la década de los años treinta el mundo entero vivió momentos que cimbraron las bases de la civilización, con notables modificaciones geopolíticas. México no iba a ser la excepción, pues a la distancia vivió esos conflictos entre las relaciones internacionales y la producción de materia prima (llámese acero o petróleo).

La novela se adereza con la presencia de una mujer sinaloense, quien ha visto sus intereses afectados por la corriente agrarista de los años treinta. Además del joven militar, el veterano revolucionario y la guapa sinaloense, otros de los personajes que circulan por esta novela que rebasa las 600 páginas son abogados, periodistas, españoles republicanos e incluso figuras de la vida política del país: “Son personajes de carne y hueso, humanos, con limitaciones y defectos y con los valores de su tiempo”, afirma el autor.

Entre la realidady la ficción

El género de la novela histórica es un recurso literario que permite conjugar la verdad con la ficción: dentro de ellos, el arte de la palabra permite insertar en una realidad histórica las anécdotas que pudieron haber ocurrido, o que ocurrieron de manera aislada, pero que en un libro se ven amalgamadas bajo la pluma del escritor, con un fin estético y con el ánimo de compartir un vistazo a una época y a un momento en particular dentro del devenir de los acontecimientos.

Rolando Loubet concluyó este libro en 2001. Para su construcción, el escritor recurrió a la historia: entre lecturas, archivos y evaluaciones para lograr contar una historia de manera diferente.

Además de la documentación por escrito, Loubet también indagó en el testimonio oral: “Decidí hacer una novela y contar lo que muchos  me contaron sobre lo que ocurrió durante los días de la Segunda Guerra Mundial en México”.

“Los días de la guerra” también contiene los diálogos y la descripción, además del género epistolar, para recrear esta historia.