Artesano imprime fechas inolvidables y arte en monedas de todo el mundo

CANCÚN, QUINTANA ROO (31/MAY/2015).- Monedas nacionales y de otros países que pasan por las manos del artesano yucateco Julio César Puc Cupul adquieren un nuevo valor, pues las convierte en auténticos objetos de arte.
 
En entrevista, Puc Cupul explicó que desde hace siete años se dedica a crear joyería de fantasía a partir de monedas, que por ejemplo un peso argentino, transformado en una joya, la llega a vender hasta en 65 dólares.
 
Refirió que en todo ese tiempo ha trabajado con monedas de diferentes denominaciones y materiales, pero una de ellas lo obligó a dar mayor atención, era de Egipto, con la imagen de la reina Nefertiti.
 
La compré, trabajé y después vendí, aunque "realmente me costó trabajo desprenderme de ella, pero al final me llegaron al precio".
 
"Fue la moneda más rara, una sola vez la manejé, me la vendieron, la revendí, híjole, no me arrepentí, le llegaron al precio, se vendió bien", expresó.
 
En la entrevista, comentó que básicamente trabaja en las ferias mexicanas y eventos especiales como congresos y reuniones que se organizan en los hoteles de Cancún.
 
Nacido en el poblado de Nah-Balam, en Yucatán, Puc Cupul, recordó que hace aproximadamente siete años comenzó a trabajar en el taller de Luis Madrid, joyero de Pachuca que le enseñó a laborar con las monedas.
 
"Trabajaba en su taller, me llamó lo atención lo que estaba haciendo con las monedas, le dije que si me enseñaba, le interesó y ahora estoy en eso", narró.
 
Reconoció que hay piezas que no he vuelto a ver durante todo este tiempo, la de la Nefertiti sólo la vi una, es de las monedas a mi gusto, más bonitas, mucho muy rara, muy difícil de trabajar.
 
Mencionó que los turistas básicamente le piden que trabaje en monedas mexicanas, y entre las más populares se encuentran las del eclipse que acuñó el Banco de México en 1991 o las de 50 centavos.
 
También las antiguas, sobre todo las que tienen el escudo nacional más grande o con figuras de los aztecas y algunas con símbolos mayas, como la de 20 pesos que se acuñó entre 1982 y 1984.
 
Expuso que el precio varía por el trabajo, diseño, el tipo de moneda, que a veces requieren desde 20 minutos hasta varias horas.
 
La más compleja que he manejado me llevó cinco horas de trabajo. Fue una con el Escudo nacional, se hizo el calado de la figura, las letras, los números, me gustó, destacó.
 
El artesano precisó que por ejemplo un peso argentino, le lleva hasta dos horas y media porque es una de las más complejas, las figuras, los rayos del Sol y que en general tiene un diseño muy bonito; "es otra de las que más se vende".
 
Reconoció que no sabría decir cuál ha sido su mejor pieza, que todas sus creaciones llaman la atención, desde llaveros, pulseras o aretes.
 
Resaltó que turistas de otros países le piden diseños, algunos le llevan monedas, lo contactan e incluso ha llegado a mandar piezas a sus países de origen.
 
Ya envié piezas a Estados Unidos, Canadá y Colombia, le toman fotos a mis creaciones, se los llevan a sus familiares y me hacen el pedido, dijo.
 
Agregó que en algunas bodas le piden que elabore las letras iniciales de los novios en algunas monedas.
 
Señaló que por el momento hay algunas personas que ya están trabajando la moneda, pero que hasta donde sabe Luis Madrid fue el primero en trabajar así en Cancún.
 
Refirió que su maestro vive en Cancún, que cada quien trabaja por su cuenta, que Don Luis lo dejó solo porque se fue a vivir a Austin, Texas, pero que ya regresó, "él dijo quieres trabajar es tuyo, pero haz bien las cosas".
 
Explicó que sus herramientas son un arco para joyero, prensa y las sierritas, que todo el trabajo, el calado se hace al instante, salvo algunas perforaciones, el resto es manual, artesanal.
 
"Todo se hace al gusto del cliente, elige su diseño, escoge la moneda, digamos que le gusta la palabra amor en inglés, la quiere en su moneda, se le da, o la escoge del montón que tengo", detalló.
 
Reiteró que todo es trabajo artesanal, la única máquina que se usa es para perforar, pulir, y darle brillo, que el resto es manual desde el diseño hasta el engarce final de la pieza.