Jueves, 18 de Abril 2024
Cultura | El sonido del buzuki y los cánticos sirven como antídoto a los pesares cotidianos

Rebétiko, el estilo de música tradicional griego

El sonido del buzuki y los cánticos a coro sirven como antídoto a los pesares cotidianos

Por: EFE

El cantautor italiano Vinicio Capossela se dejó seducir por este estilo de música, al que le dedicó un disco, 'Rebetiko gymnastas'. FACEBOOK / Vinicio Capossela

El cantautor italiano Vinicio Capossela se dejó seducir por este estilo de música, al que le dedicó un disco, 'Rebetiko gymnastas'. FACEBOOK / Vinicio Capossela

ATENAS, GRECIA (20/MAR/2015).- En algunas de las tabernas de la ciudad de Atenas se esconde el mejor rebétiko, el estilo de música tradicional griego que mediante el sonido del buzuki y los cánticos a coro de la gente sirven como antídoto a los pesares cotidianos.

''Originalmente los rebetis -palabra por la que se conoce a los músicos que interpretan ese estilo- eran algo así como los punks de su tiempo'', explica Vanessa Fou, una guía turística con cinco años de experiencia que realiza tours en inglés dedicados a esta música.

''Su comportamiento era diferente al del resto de la sociedad. Eran gente que pertenecía a un submundo, que a menudo fumaba hierba y cometía actividades ilegales, pero esto fue desapareciendo poco a poco y a partir de los cincuenta empezó a ser mucho más común y comercial'', añade.

El rebétiko estuvo identificado durante años con la marginalidad, la delincuencia y el anticonformismo y, según cuenta la leyenda, muchas de las piezas más conocidas se compusieron en la cárcel.

Los regímenes dictatoriales de Ioanis Metaxás (1936-1941) y la Junta de los Coroneles lo persiguieron, e incluso el Partido Comunista lo miró con recelo, considerándolo una expresión del lumpen.

Fou, que señala que ''sigue siendo una música que no es para todo el mundo'', destaca que las mejores actuaciones de rebétiko no se anuncian, pero asegura que se pueden encontrar en muchos locales de la ciudad, y apunta que los mejores consejeros son los propietarios de las tiendas de instrumentos.

''Es algo espontáneo como las letras que se inventaban en el mismo momento, así que a veces puedes ir a un restaurante barato, difícilmente será en uno caro, y encontrarte allí gente tocando'', sentencia Fou, que añade que ella prefiere escoger el lugar aleatoriamente.

También el cantautor y multiinstrumentista italiano Vinicio Capossela se dejó seducir por este estilo de música, al que le dedicó un disco, ''Rebetiko gymnastas'', un documental, ''Indebito'', y un libro, ''Tefteri'' (Editorial Minúscula, Barcelona, 2014).

''Me atrapó la belleza de la música, la sensación de orgullo que transmite, toda su historia y darme cuenta de que es como una forma de resistencia cultural'', afirma Capossela.

Para Capossela, ''los buenos rebetis están todos muertos, pero esta música no necesita a un buen rebetis, porque todos cantan, es una división coral'', y añade que ''los músicos son como curas, pueden curar la nostalgia''.

Una de las tabernas para escuchar rebétiko es la subterránea ''To kutuki to Marathoniti'' (''El mesón de Maratoniti''), situada detrás del primer cementerio de Atenas, en una calle tranquila y alejada del bullicio de la zona turística.

La lleva Dimitris, el joven que reconvirtió el local que su abuelo Fotis Marathonitis, trabajador en un taller mecánico en los setenta, usaba para recibir a sus amigos y beber vino de su cosecha.

Las grandes barricas, donde todavía hoy fermenta la bebida, son una de las características más distintivas del lugar, que abre desde octubre y hasta que se acaba el vino, lo que suele ser en mayo.

Cada martes se reúnen en ''To kutuki to Marathoniti'' algunos de los mejores músicos de rebétiko y, después de cenar, detrás de la mesa todavía llena de platos, empieza sin avisar una sesión que se alargará toda la noche.

Para Yorgos, el responsable de la tienda del Museo de instrumentos tradicionales griegos situado en Plaka, ''To kutuki to Marthoniti'' es el mejor lugar de Atenas para descubrir esta música, que tiene sus orígenes a principios del siglo XX, en los bajos fondos de las ciudades portuarias, donde vivían los griegos que habían sido expulsados de Turquía.

De hecho, el museo, albergado en una antigua mansión de 1840 y de entrada gratuita, es un punto de partida inmejorable para iniciar un viaje a través de la música griega.

Alrededor de mil 200 instrumentos originales, coleccionados por el investigador y musicólogo Fivos Anoyanakis, recorren con la ayuda de grabaciones la historia musical de Grecia desde el siglo XVIII hasta nuestros días, y sitúan al visitante en un rico contexto sonoro.

Allí es donde Vanessa Fou empieza sus tours dedicados al rebétiko.

La experiencia lleva el nombre de 'Rebetiko - Underworld Greek folk music' (Rebétiko - Música tradicional griega del submundo), cuesta unos 25 euros (26.8 dólares) por persona y, tras familiarizarse con los instrumentos, Fou emprende junto a los visitantes un paseo por los lugares donde vivieron los principales protagonistas.

La excursión termina en una taberna en la que se cena, se escucha auténtico rebétiko y se acaba cantando con los músicos.

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