El teatro, gozo personal de Diego Luna

GUADALAJARA, JALISCO (05/ABR/2014).- El teatro me recarga, me llena de energía, me emociona, lo gozo. Y Cada vez nos despedimos mejor en particular es una obra que es muy rica de hacer”. Quien habla es Diego Luna, y sus palabras definen las emociones que siente cada vez que se sube al escenario con la puesta en escena que actualmente protagoniza, una obra que alista su llegada al Teatro Diana para el próximo 8 de abril.

La charla con el histrión se da minutos antes de su presentación en Querétaro, en el Teatro Alameda. Esa ciudad es la primera parada de su gira por diez entidades de la República Mexicana. Para el actor y director, el monólogo se ha convertido en una experiencia liberadora, pero también en una reflexión profunda sobre el país en el que vivimos. La obra busca ser divertida, pero también un examen de lo que es la historia de nuestra nación. “Trato de que mi trabajo me permita hacer eso, reflexionar sobre dónde estoy parado e invitar al público a que se cuestione cosas”.

El “charolastra” expone que en la Ciudad de México la puesta en escena —escrita y dirigida por Alejandro Ricaño— conmovió al público. La apuesta es conseguir lo mismo en todas las ciudades donde se presente. “A esas obras hay que darles vida, hay que llevarlas lejos, no hay que truncarles el caminito”.

La función tiene un ritual que hay que cumplir. Comienza cuando Diego ya está sobre el escenario del Teatro Alameda. Allí, el histrión le pide a los asistentes que apaguen su celular antes de que empiece la obra. Después empieza a hablar. No hay gran parafernalia a su alrededor.  Los elementos que acompañan al actor son una silla, una cámara fotográfica y a un costado, la figura del músico Darío Bernal.

Origen y destino

Cada vez nos despedimos mejor parece una lección de historia, pero apuesta más por ser una lección de pensamientos. Diego Luna comienza relatando la historia de Mateo (personaje que él encarna) y Sara (que no aparece), dos capitalinos cuya experiencia de vida ha estado marcada por varios acontecimientos del México contemporáneo.

Los recuerdos van desde el temblor de 1985, pasando por las elecciones de 1988 que ganó Carlos Salinas de Gortari, hasta el regreso del PRI a la presidencia.

Mateo narra los sucesos que impactaron su existencia y la de la mujer que ama. Durante la hora y diez minutos que dura el monólogo, también aborda temas como el destino, la soledad, las segundas oportunidades, el apego y el amor.

Luna no deja de reflexionar sobre la realidad del país, esté arriba o abajo del escenario. El actor ofrece su propia visión, lejos y cerca al mismo tiempo del papel de Mateo, un personaje con el que se identifica: “me cuestiono muchas cosas, me dan ganas de que pasen otras, pero siento que México es un país que está en un proceso de cambio, de definirse , de encontrarse, y que generacionalmente hay gente joven que se está involucrando. Veo con optimismo el futuro; si no, no  estaría aquí”.

CON EL CINE EN EL CORAZÓN
Lucha constante

Los escenarios teatrales no son el único espacio donde Luna se encuentra desmenuzando la realidad. En paralelo a sus actividades en Cada vez nos despedimos mejor, Diego se encuentra promocionando Chávez, su segundo largometraje como director. Pese a que es un talento nuevo detrás de las cámaras, el también histrión ha sido capaz de seducir a la crítica con sus propuestas sólidas. Chávez ha sido bien recibido en festivales como South by Soutwest SXSW o la Berlinale. En Estados Unidos, el filme fue presentado el 19 de marzo en la Casa Blanca como un homenaje a la figura del líder campesino mexico-americano.  “Es una historia que tiene que ver con nuestro país , y con un fenómeno que no me hace sentir nada orgulloso. Cruzan la frontera y nos olvidamos de ellos, y su historia es nuestra historia, y somos familia, y no puede ser que una frontera nos fracture”, expone el cineasta.

En la proyección de Chávez estuvo presente el presidente Barack Obama, además de la actriz Rosario Dawson, quien interpreta a la activista Dolores Huerta. Se espera que llegue en mayo a las pantallas nacionales.

FILMOGRAFÍA SELECTA
Para ver en casa

Todo el poder (2000).

Y tu mamá también (2001).

La terminal (2004).

El búfalo de la noche (2007).

Rudo y Cursi (2008).

Casa de mi padre (2012).