Viernes, 26 de Abril 2024
Cultura | Es recordado como una persona entregada a la docencia, la música y las letras

Ernesto Flores, escritor y tapatío de corazón

Es recordado como una persona entregada a la docencia, la música y las letras

Por: EL INFORMADOR

Ernesto Flores entregó su vida a las letras, pero también a la música, la docencia y la investigación.  /

Ernesto Flores entregó su vida a las letras, pero también a la música, la docencia y la investigación. /

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAR/2014).- Nayarita de nacimiento, tapatío de corazón. Ernesto Flores entregó su vida a las letras, pero también a la música, la docencia y la investigación.
 Ernesto Flores nació en 1930, y tuvo su primer acercamiento con la literatura cuando era niño; una de sus maestras lo influenció para que comenzara a convertir un mundo, en otro completamente diferente. Soñaba con ser actor, pero su timidez no se lo hubiera permitido, por lo que al conocer la obra de autores como Antonio Machado, Salvador Díaz Mirón y Xavier Villaurrutia, Flores no soltó la pluma y supo en ese instante que las letras eran su destino. Aunque al llegar el momento de entrar a la universidad, eligió un camino distinto y estudiar la carrera de Odontología, sabiendo que no la ejercería nunca.

En una entrevista concedida a La Gaceta de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ernesto confesó que su primer acercamiento con una publicación, fue cuando Emmanuel Carballo lo invitó a publicar un poema para la revista Ariel. El joven estaba nervioso, pero después de consultar la revista y verificar que poetas de renombre escribían para ella, casi se desmaya.

La poesía de Ernesto Flores fue leída junto a otros textos de grandes escritores en Ariel, como Pablo Neruda y Vicente Alexander, lo que lo hizo más conocido en el mundo de la literatura,   así que el joven comenzó a pensar seriamente en dejar la odontología. Después de meditarlo, vino a Guadalajara, para hacer de la UdeG, su segunda casa, en la que se convertiría en investigador, profesor y precursor para la fundación de Radio UDG.

El docente creó seis revistas y rechazó dirigir otras tantas. Las publicaciones más sobresalientes fueron "Coátl" y "Esfera" y durante su estancia en la UdeG realizó "La Muerte". Los nombres de sus revistas no tenían un significado muy profundo, él sólo las nombraba según se le ocurría.

En 1996, la Universidad de Guadalajara lo convirtió en uno de sus Maestros Beneméritos, situación que no le agradó mucho, pues el escritor era sencillo, él sólo amaba las letras y la docencia, no quería un premio por eso, por lo que no dudó en contar a sus familiares y amigos que ese momento había sido uno de los más "horribles" de su vida, pues temía enfrentarse al público, ya que era muy tímido.

Justo en ese año, se convirtió en miembro de la Academia de la Lengua, en la cual permaneció hasta el fin de sus días.

Ernesto Flores también era analista, por lo que realizó  investigaciones profundas sobre las obras de escritores como Manuel M. González, Alfredro R. Plascencia y otros durante su carrera, siendo algunos de sus libros más sobresalientes. Las investigaciones sobre Francisco González de León, en la que tardó alrededor de 30 años trabajando, y que finalmente fue publicado por Fondo de Cultura Económica (FCE) y del poeta y sacerdote, Alfredo Placencia, el cual tardó cinco años en la editorial para ser publicado, son dos de los trabajos que han dejado más huella en la literatura y en la mente de lectores.

Juan Rulfo (de quien era un profundo admirador, sobre todo de su obra "Pedro Páramo") junto a Juan José Arreola formaban parte de sus entrañables amigos, aunque el académico gustaba de conversar, por lo que algunos de sus alumnos también fueron acogidos dentro de su círculo. Con Elena Garro lo unía una relación muy especial, pues él fue uno de los que la apoyó para que pudiera publicar sus textos en Guadalajara, ya que nadie la aceptaba.

Entre sus obras pueden encontrarse poemarios, investigaciones, ensayos, cuentos y obras de teatro, además ha recibido numerosos homenajes por parte de la Universidad de Guadalajara y la Secretaría de Cultura.

Amigos como Martha Cerda, Raúl Bañuelos, Luis Medina Gutiérrez y Sara Velazco, lo recuerdan como un hombre amable, increíblemente talentoso y conversador, alguien entrañable que sin duda ha dejado un gran legado para las generaciones futuras.
 
EL INFORMADOR / PAOLA CORTÉS

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