Jueves, 25 de Abril 2024
Cultura | El reconocido arqueólogo mexicano dictó la Cátedra Cortázar

Matos, mitos y verdades del Templo Mayor

El arqueólogo mexicano habla en la Cátedra Julio Cortázar sobre el Templo Mayor de los mexicas

Por: EL INFORMADOR

Matos dirige el Proyecto arqueológico en el Templo Mayor desde 1978; es Investigador Emérito, máxima distinción otorgada por el INAH. EL INFORMADOR /

Matos dirige el Proyecto arqueológico en el Templo Mayor desde 1978; es Investigador Emérito, máxima distinción otorgada por el INAH. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAY/2013).- El reconocido arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma habló la noche del miércoles sobre el Templo Mayor de los mexicas. Las maravillas que contó en la Cátedra Julio Cortázar, al final tenían una sola intención: enamorar a los jóvenes con el gusto por conocer el pasado, saber la historia de su cultura.

“Es importantísimo conocer esto y que lo conozcan las nuevas generaciones para que sepan lo que hubo, para que sepan en dónde están parados y para que preparen mejor el futuro”, dijo el investigador, que le ha dedicado más de 30 años de su vida a ese mítico recinto.

En la conferenica “Hallazgos recientes en el Templo Mayor”, Matos expuso en el Paraninfo de la UdeG  los encuentros que surgieron en la zona descubierta por el arqueólogo Manuel Magio en 1914, en el corazón de la Ciudad de México. Dijo que fue en 1978 cuando un grupo de trabajadores de la compañía Luz y Fuerza del Centro dieron con una piedra con grabados que al final resultó ser Coyolxauhqui, una deidad.

El proyecto Templo Mayor surgió entonces. A partir del hallazgo de la Coyolxauhqui se llevaron a cabo trabajos que luego de 35 años dieron frutos a los investigadores, que nunca frenaron su labor de pacientes detectives y exhumadores del pasado.

Matos puso de relieve el simbolismo interno del Templo Mayor: “A mí me interesó ese aspecto, igual que a David Carrasco, investigador de la Universidad de Harvard, y entonces nos pusimos a averiguar qué era lo que había atrás de esa arquitectura. El Templo Mayor, para el mexica, era el centro del universo. Era el lugar de gran sacralidad por medio del cual se podía subir a los niveles celestes, bajar al inframundo, y de él partían los cuatro rumbos universales, que se marcaban en Tenochtitlán”.

También querían abordar los mitos, ya que había dos mitos que estaban inmersos en el Templo Mayor, lugar del que ya habían salido el Calendario Azteca y la Coatlicue. Fue hasta el 2 de octubre de 2006 que apareció, dentro del programa de Arqueología Urbana y frente al Templo Mayor, una escultura monumental: la Tlaltecuhtli, que quiere decir “Señora de la tierra”.

“Quizá la pieza más grande mexica, que hasta el momento es la más grande que se conoce (4x3.57 metros) Es un monolito inmenso con la representación de una deidad femenina. Estaba rota en cuatro tramos, pero formaba originalmente una sola pieza”.

El paso siguiente fue hacer la comparación y el análisis de esos tres monolitos: la Piedra del Sol, la Coatlicue, la Coyolxauhqui y la Tlaltecuhtli.

Señaló que los mexicas quisieron elevar la escultura y en ese intento se les rompió. La parte más afectada era el centro de la pieza. La diosa alzaba las garras y mantenía las piernas abiertas. Estaba tocada con el cabello de un individuo sacrificado y tenía una gran boca, porque Tlaltecuhtli era “la gran devoradora de los cadáveres, esa es su función como diosa. Ella se come a los cadáveres, pero también se come al sol cada tarde”, explicó.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones