Deferencia total de los tapatíos hacia Les Sacqueboutiers

GUADALAJARA, JALISCO (24/MAY/2013).- El Templo de San Agustín podría ser un lugar adecuado para disfrutar un concierto, pero no en tiempo de calor.

Durante la presentación de Les Sacqueboutiers —como parte del menú musical confeccionado para el Festival Cultural de Mayo—, el clima aguijoneó a los tapatíos que, apelotonados en bancas, piso y pasillos laterales, decidieron arrostrar el aire caliente que se instaló en todo el espacio.

Pilar Pacheco fue una de las que se mantuvo hasta el final del recital. Al principio escuchó, sorprendida, la voz aterciopelada de la soprano Adriana Fernández, que se alzó y dejó en segundo plano a la corneta, el saquebout, el violín y la tiorba.

En el intermedio encontró un lugar en una banca. Se echó aire con una hoja de papel y se quejó de la disonancia y el eco que no le permitían disfrutar el espectáculo. “Hubiera sido mejor que fuera al aire libre, aunque se perdiera el sonido”, dijo. Pensó en pasarse al suelo; prefirió no hacerlo para no desconcentrar a un hombre que, en postura de flor de loto, se abandonaba a paladear la música con los ojos cerrados.

El programa Chiaroscuro después del despertar de Caravaggio incluyó música de Girolamo Frescobaldi, Claudio Monteverdi, Ignacio Donati, Andrea Gabrieli y Tarquino Murula.

Les Sacqueboutiers, conjunto originario de Toulouse, Francia, con 35 años de experiencia, es considerado por los expertos como una de las mejores agrupaciones de música antigua de la escena internacional.