Martes, 23 de Abril 2024
Cultura | Auténticos testimonios vivos de la fusión cultural

México festeja a sus muertos con tradición mesoamericana y católica

Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles, pero se fusionan con la tradición medieval católica

Por: EFE

La tradición conjuga a dos culturas diferentes. EFE  /

La tradición conjuga a dos culturas diferentes. EFE /

CIUDAD DE MÉXICO (31/OCT/2012).- El legado prehispánico de los pueblos mesoamericanos y la tradición católica confluyen en México en el Día de Muertos, una festividad de culto a los difuntos, cuyos rituales constituyen auténticos testimonios vivos de esta fusión cultural.

"Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles (...), pero se fusionan con la tradición medieval católica", explicó en entrevista Andrés Merina, miembro del Instituto de Investigación Antropológica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Originarios de la región centro sureste de México y la zona norte de Centroamérica, los pueblos mesoamericanos se caracterizan por tener formas "muy elaboradas de espiritualidad", vinculadas a la cosecha y vertebradas en torno a un ciclo de cuatro celebraciones que culmina con la "fiesta de la cosecha" o "fiesta de los muertos".

"Los muertos juegan un papel muy importante en todo el ciclo agrícola, se les solicita apoyo en los momentos críticos, en las lluvias, para el cultivo del maíz (...). Ellos son los intermediarios con los dioses de la lluvia.", indicó Merina.

Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la  Muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje del pintor José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, señor de la tierra de los muertos.

Con la llegada de los españoles, la tradición de la cosecha se fusionó con las costumbres medievales católicas, y aparecieron modificaciones en la elaboración de las ofrendas y los altares, los mismos que actualmente albergan los restos de esta fusión cultural.

"Las ofrendas son grandes expresiones artísticas, simbólicas, que tienen un orden en la manera en la que se representan y es ahí donde aparece esa tradición y esa conjunción de culturas", declaró.

El legado hispánico o católico se ve, por ejemplo, en el pan de muerto, elaborado con harina de trigo, huevo, azúcar y anís; en las frutas o flores colocadas en los altares que no son originarias de la región, y en la utilización de velas o términos cristianos como "ánimas" para referirse a los difuntos que regresan.

Los orígenes mesoamericanos, por su parte, aparecen en la composición de los altares, que reproducen la "cosmovisión" propia de estas culturas, de manera que está representado el inframundo, donde se colocan los incensarios; el punto medio, donde están las ofrendas; y el nivel superior, con imágenes y fotografías.

Los altares, caracterizados en la mayoría de los casos por sus vistosos colores, se completan con incienso de copal, así como con bebidas dulces a base de maíz fermentado, chocolate, platos típicos como tamales o dulce de calabaza, y se acostumbra a colocar los nombres de los difuntos con sus respectivas fotografías.

"Aquí lo que aparece es una celebración de la vida, al conjuntarse con los muertos hay un gozo (...). Creo que es el cierre de un ciclo que se vive con mucha alegría", aseveró el experto.

Durante esta celebración, además de acudir a los panteones, los niños suelen salir a la calle a cantar alabanzas y a pedir ofrendas en representación de los muertos, con un chilacayote (fruto de forma parecida a la calabaza) con una vela dentro.

Este elemento puede hacer confundir el Día de Muertos con Halloween, una festividad de tradición nórdica que, a juicio de Merina, se ha introducido en la cultura mexicana gracias a la influencia de la televisión y los supermercados.

"La influencia de Halloween tiene que ver con la clase media, que va a los supermercados, que tiene modelos más estadounidenses por influencia de la televisión. (...) Pero este no es el caso de las comunidades tradicionales", agregó.

El Día de Muertos, declarado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2003, se prolonga durante dos jornadas, mañana se dedicará a las almas de los niños y pasado a las de los adultos. Posteriormente, en la madrugada de ese último día, los mexicanos velarán a sus muertos en los cementerios.

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