Miércoles, 24 de Abril 2024
Cultura | Aniversario 470 de Guadalajara

Los cuatro mitos del tapatiísmo

A la ciudad le han colgado una serie de ''santitos'', incluso sus propios habitantes. Aquí un paseo por algunos de esos tópicos

Por: EL INFORMADOR

Arte y artistas líderes siempre ha habido; son las instituciones las que no están a su altura, coinciden algunos observadores.  /

Arte y artistas líderes siempre ha habido; son las instituciones las que no están a su altura, coinciden algunos observadores. /

Fieles ''pamboleros''; con los de casa, aunque ganen

GUADALAJARA, JALISCO (13/FEB/2012).-
Una pasión que se alimenta de 11 títulos del Club Guadalajara, la fidelidad de la afición rojinegra, los apuros del descenso de Estudiantes y el regreso de los Leones Negros, hacen que en la Guadalajara de hoy el futbol siga siendo un tópico, que hace pensar a muchos de sus habitantes que no hay ciudad más pampolera que ésta.

“En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”. Esa es la filosofía de Eduardo Galeano, uno de los grandes pensadores latinoamericanos más notables del siglo XX. Y esa también puede ser la filosofía con la que podríamos definir a los tapatíos futboleros, gente que conoce del balompié quizá más que en otras ciudades. Ese es el mito que hoy se rompe. El de los “guadalajareños” amantes del deporte donde 22 jugadores van por la gloria y la derrota.

“El futbol es una pasión que no se siente, pero se vive, y en Jalisco más porque los aficionados de la región saben, exigen y se apasionan”, son palabras de Tomás Trujillo Santana, jefe del área del Deporte del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), quien nos desmenuza los tipos de afición por equipo que tiene la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Guadalajara, un nuevo comienzo.
Trujillo Santana es contundente cuando piensa que el nuevo estadio de las Chivas, hasta el momento no ha sido imán de aficionados, pero sólo se necesita tiempo para que lo sea.

Atlas, una afición siempre fiel.
Probablemente sean pocos los que recuerden el único campeonato que ganó el club Atlas en 1951. Incluso, quizá pocos recuerden la final de invierno del 99 donde los zorros del Atlas, dirigidos por Ricardo Antonio Lavolpe, estuvieron a punto de levantar la copa pero salieron derrotados de la Bombonera de Toluca luego de la tanda de penales. Pero a los atlistas lo que más los mueve es poder decir que ellos prefieren el futbol bonito, aunque a veces sea poco eficiente”.

Estudiantes, a punto del adiós.
El aficionado de Estudiantes “es siempre minoritario, pero desde que lo refrescaron de Tecos a Estudiantes, sí ganó más apoyo”.

Leones Negros, entre la tradición y la promesa.
Han pasado los años desde los años gloriosos de los Leones Negros. Durante los 90 del siglo pasado la franquicia fue vendida y apenas en 2009 regresaron a la división de ascenso. “Hoy vemos playeras de los Leones Negros donde no pensábamos y es que en ese equipo se conjunta la tradición  y la promesa de que algún día lleguen a primera división”.

La florencia mexicana, cuna del arte nacional

Por estos días tiene lugar una de las exposiciones más grandes que se han hecho sobre el Dr. Atl, famoso artista plástico nacido en Guadalajara, con 200 piezas reunidas por primera vez. Puro y asombroso arte tapatío. Pero la exposición está en el Distrito Federal ¿Por qué?

Porque a la vida cultural de Jalisco sigue pesándole bastante su provincianismo, el centralismo y su incapacidad de aprovechar el enorme impulso de sus artistas a favor de los públicos. Arte y artistas líderes y en abundancia, siempre ha habido; son las instituciones las que no están a su altura, coinciden, en líneas generales, algunos observadores de la cultura jalisciense, que preferirían no tener que subrayar que todo tiempo pasado fue mejor, pero admiten que la idea de Guadalajara como capital de la cultura, la “Florencia mexicana” que fascinó al entusiasta Eduardo A. Gibbon, hoy es, nomás, un mito.

Lo sostiene el presidente del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, el investigador Arturo Camacho, quien ya vio la exposición sobre el Dr. Atl y lamenta que esté en el Centro Cultural Tlatelolco del DF mientras Guadalajara se vuelca a espectáculos masivos: “¡Hasta la Universidad de Guadalajara favorece lo pop!

El escritor Juan José Doñán también ve a una Guadalajara que hizo fama y se echó a dormir: jaliscienses como Consuelo Velázquez, o Moncayo, Curiel, Galindo, Rulfo, Arreola, Orozco hicieron sus carreras fuera de Jalisco y crearon el mito de que una tierra fértil para el arte. El mito parió contrastes elocuentes: Guadalajara, sede de la tan trascendente FIL, “ni siquiera tiene una editorial hecha y derecha”.

Lo más grave no es haber perdido lustre, sino constancia y continuidad, opina el periodista Francisco Arvizu Hugues. A tal grado, que hoy sólo hay tres “polos” de actividad cultural: la Feria Internacional del Libro, el Festival de Cine y el Festival de Mayo. El arquitecto Juan Palomar Verea sugiere buscar ideas nuevas: nadie ha aprovechado a la Vía RecreActiva, el más exitoso proyecto reciente de recuperación del espacio público.  “Aunque a veces nos da por azotarnos, yo creo que sí hay una buena cantidad de gente que está generando actualmente productos culturales que, con la distancia que dé el tiempo, yo espero que sean tan significativos como lo fueron los de los creadores que tan bien conocemos”, asegura  Palomar Verea.

Y en última instancia, subraya el periodista  Alfredo Sánchez, “salvo que se trate de cosas muy promovidas o precedidas de grandes campañas publicitarias, el interés más genuino de la población no se corresponde con la producción artística”.

Lugar de ambiente


Dice el chiste que en el momento en que nace un niño tapatío, se puede adivinar su futuro con base en su primera reacción: si grita, cantará en un mariachi; si da patada, será futbolista; y si no hace ninguna de las dos, con seguridad que será homosexual.

Se dice por los propios tapatíos, que Guadalajara tiene fama nacional e internacional de ser una ciudad donde las personas que prefieren a las de su propio sexo, son más que en cualquier lugar de México, al mismo tiempo que se afirma que la población de esta ciudad es una de las más conservadoras y ‘mochas’ del país.

Rogelio Marcial, sociólogo del Colegio de Jalisco, cuyas líneas de investigación son las Culturas Juveniles Urbanas y las Expresiones Culturales de la Diversidad Sexual, explica que es poco probable que la población gay en Guadalajara sea proporcionalmente mayor que en otras ciudades. Sin embargo, explicó, para entender el origen de esa idea preconcebida es necesario considerar un proceso histórico que se remonta a la propia fundación de la ciudad, hace 470 años.

Desde entonces, dice, las élites han tratado de definir Guadalajara a través de tres rasgos de identidad. En primer lugar, la cuestión de que no hubo tanta mezcla con los indígenas, lo que hace a sus habitantes descendientes más directos de los españoles. Después, su estrecha relación con la religión católica y la moral conservadora que gira en torno a ella. Y finalmente, pero no menos importante, el hecho de que Guadalajara aportó los elementos de identidad para definir el México moderno, tales como el tequila, el mariachi y la figura del charro: ese hombre temerario y mujeriego que se instaló como prototipo del hombre mexicano.

“Estos tres elementos —lo criollo, lo mocho y lo macho— fueron la versión de las élites tapatías de cómo somos en Guadalajara. Pero una cosa es la que se dice y otra la realidad, y yo creo que ésta como cualquier otra ciudad, está compuesta por gente muy diversa”, expresó el investigador.

Esta idea de la “Guadalajara gay”, continuó, tiene que ver con la lucha simbólica por parte de distintos movimientos sociales que, desde principios de los ochenta, han impugnado la concepción de que Guadalajara es una sola. Uno de los primeros, recuerda Marcial, fue el Grupo de Orgullo Homosexual:

Actualmente el famoso desfile gay que se realiza en las principales ciudades occidentales del mundo, es en Guadalajara uno de los mayores de México.

En parte por las movilizaciones pasadas y presentes, pero también por el acelerado proceso de globalización, aquellos con preferencias sexuales diversas –llámese gays, lesbianas, transexuales, bisexuales o intersexuales— han ganado espacios y lo seguirán haciendo, opina Marcial, “aunque seguirá faltando muchísimo mientras nuestras autoridades opinen públicamente que los homosexuales les dan ‘asquito’”.

Somos “mochos”

Desde la década de los años 70 del siglo XX, y gracias en gran medida a la globalización e ingreso de nuevas creencias religiosas a la Perla Tapatía, el discurso popular que califica a la población de Guadalajara como una sociedad “mocha” o conservadora hoy es sólo una leyenda.

De acuerdo con la doctora Lourdes Celina Vázquez Parada, la crítica a la comunidad de Guadalajara fue válida y real durante el siglo XIX, y gran parte del siglo pasado. “Es parte del resultado histórico de nuestra ciudad, porque desde la época colonial, cuando se funda Guadalajara y se urbanizan las primeras secciones, hay un exterminio de la población indígena”.

Las comunidades que originalmente poblaban el Occidente de México, explicó, poco a poco fueron cediendo terreno a la imposición cultural invasora, que inculcó y obligó a la práctica del catolicismo, lo que prácticamente abatió a esas comunidades, situación que no tuvo la misma dimensión en el Centro de la República.

Actualmente, sólo la comunidad Wixárica mantiene sus costumbres de antaño en el Estado. No obstante, a razón de que el fenómeno de la globalización llegó al país, la apertura en creencias religiosas fue constante y creció significativamente. Previo a ello, la Guerra Cristera golpeó a la estructura eclesiástica y permitió la incursión de nuevas religiones, como la Iglesia de la Luz del Mundo, que a la fecha ha llegado a 30 países del mundo, con una importante cantidad de fieles.

“La diversidad es producto de la globalización; nos quedó esta leyenda urbana que somos ‘mochos, machos y muchos’, pero en la medida en que nos hemos insertado en el proceso de globalización, a partir de los años 70 esto es sólo una leyenda urbana”.

Así, la Guadalajara actual, dijo, es “diversa y plural en cuestión religiosa, en cuestión de género y en cuestión política”. Por esta razón el mito que califica (en grado peyorativo) a la comunidad que radica en la Perla Tapatía ya no es certero, subrayó la también experta en temas históricos.

Y aunque las estadísticas sostienen al catolicismo como el credo con mayor cantidad de fieles (95%) en Jalisco, esto no refleja la realidad cultural, pues esta cifra habla de los ciudadanos bautizados por esa fe. “Eso es lo que reflejan esos números, pero de ahí a decir que son creyentes, practicantes y católicos convencidos, esto dista mucho”.

“Lo que tenemos es un gran porcentaje de personas bautizadas pero que no viven ninguna fe en realidad, no practican ninguna religión. Son muy críticas con respecto a la actividad pastoral, sobre todo en estos últimos años. Esta crisis que se ha vivido en la Iglesia Católica ha dejado una huella profunda, sobre todo en las nuevas generaciones, que ya no idealizan a los sacerdotes como antaño”.

JALISCO, CÓMO VAMOS
Espejo actual


El Observatorio Ciudadano de Calidad de Vida Jalisco Cómo Vamos  dio a conocer  en julio pasado la Primera Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2011 del Área Metropolitana de Guadalajara. En el rubro de discriminación, se muestra que 45% no tolera el aborto, 46% a los homosexuales,  32% a los jóvenes, 30% a los indígenas, 25% a las personas con discapacidad, 21% a las mujeres,  19%  a los adultos mayores y  17%  a los niños.

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