Jueves, 18 de Abril 2024
Cultura | Surgieron bajo el auspicio del gobierno, a finales del siglo XIX

Las orquestas típicas mexicanas, símbolo del nacionalismo musical

En el lapso de 1930 a 1940, con la coyuntura del surgimiento de la radiodifusión y la fonografía, las orquestas típicas comenzaron a convertirse en las formas más importantes de expresión del nacionalismo musical mexicano

Por: NTX

Las orquestas típicas, fiel testimonio de los años más prolíficos de la creatividad. ESPECIAL  /

Las orquestas típicas, fiel testimonio de los años más prolíficos de la creatividad. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (21/AGO/2011).- Las llamadas orquestas típicas surgieron bajo el auspicio del gobierno, a finales del siglo XIX, al interior de un proceso de afirmación mexicanista, que en medio de un río de tradiciones musicales, privilegió una corriente campirana como representación de lo nacional.

En un artículo publicado en el número de agosto de la revista 'Relatos e Historias', el periodista Pablo Dueñas recordó que se buscó algo que representara el espíritu cultural mexicano ante el concierto internacional, específicamente en el ámbito de las ferias mundiales desarrolladas durante el último tercio del siglo XIX.

Señaló que al principio, lo típico nuestro se asoció a la charrería: los músicos se vistieron de charro, las cantantes de china poblana, y después de la Revolución se impulsó el nuevo estilo musical de manera formidable.

Supeditadas a una tradición mestiza, las orquestas típicas mexicanas con el tiempo destacaron como una de las tantas herencias culturales consolidadas principalmente durante el Porfiriato (se refiere al dictador Porfirio Díaz).

Según el autor, las orquestas típicas como concepto musical tuvieron su inicio "oficial", con exactitud, la noche del sábado 20 de septiembre de 1884, durante un concierto en el Teatro del Conservatorio, ofrecido al expresidente Porfirio Díaz (el mandatario del país era el general Manuel González) con la participación del grupo musical que dirigía el entonces afamado xilofonista capitalino Carlos Curti.

Entre los asistentes a ese teatro figuraban periodistas, intelectuales, artistas y, en mayor proporción, aristócratas que se decían conocedores, gente de gusto musical "refinado" y simpatizantes de todo lo europeo, ya fuera la música, la moda o el lenguaje.

Cuentan las crónicas de finales del siglo XIX que el peculiar y bellísimo sonido de la orquesta del maestro Curti rememoraba en cierto sentido la fusión que se había hecho en México, de las músicas italiana, francesa y española.

Según Dueñas, ese aspecto fue suficiente para convencer al expresidente Díaz de bautizar públicamente como Orquesta Típica Mexicana a la agrupación comandada por Curti.

Desde aquel momento y hasta 1887, la agrupación de Curti participó de manera incesante en exposiciones mundiales celebradas en Nueva Orleáns, Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos, siempre con gran éxito.

Luego surgió la Orquesta Típica, donde figuró la soprano Rosa Palacios, conocida como "La Calandria del Anáhuac", figura importante de esa agrupación.

En 1889, el bajista Juan Velásquez creó una orquesta típica que gozó de gran popularidad durante casi 20 años, con lo cual llegó a grabar muchos discos y cilindros fonográficos.

Dueñas revela que como ocurre con todas las modas musicales, de pronto surgieron orquestas típicas por todas partes, tanto en la capital del país, como en los estados de Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Yucatán y Nuevo León.

En el inicio de la nueva centuria, en 1901, el maestro Miguel Lerdo de Tejada fundó su propia agrupación con la cual viajó por todo México y Estados Unidos, grabando además una gran cantidad de discos y propiciando la consolidación de esta forma interpretativa.

A Lerdo se le debe la hegemonía de las típicas durante más de 50 años, hasta mediados del siglo XX. Lerdo indiscutiblemente realizó una labor encomiable a favor de la música popular mexicana, tanto en la composición como en la dirección orquestal.

En 1821 fue designado el organizador y director de la Orquesta Típica del Centenario (de la consumación de la independencia de México), representante del nacionalismo musical mexicano, que seguía la política cultural desarrollada por el entonces secretario de Educación Pública, José Vasconcelos.

La Orquesta Típica Presidencial, dirigida por Alfonso Esparza Oteo, interpretaba el tradicional son "El Limoncito", en el restaurante La Bombilla, cuando el presidente electo de México, general Álvaro Obregón, fue asesinado por un fanático, el 17 de julio de 1928. Juan N. Torreblanca fue una figura importante vinculada con las orquestas típicas en México.

En el lapso de 1930 a 1940, con la coyuntura del surgimiento de la radiodifusión y la fonografía, las orquestas típicas comenzaron a convertirse en las formas más importantes de expresión del nacionalismo musical mexicano.

De esta época han quedado testimonios sonoros de grupos dirigidos por Esparza Oteo, Armando Rosales, Rafael de Paz, Donato, José Sabre Marroquín, Manuel Castro Padilla e Ignacio Fernández Esperón "Tata Nacho", quienes formaron sus típicas.

Lerdo de Tejada, de 1920 a 1940, fue el principal personaje en la dirección de orquestas típicas que cumplieron misiones oficiales, tanto en México, como en otros países.

Para finalizar, Dueñas consigna que el extraordinario sonido de esas orquestas quedó "como fiel testimonio de los años más prolíficos de la creatividad y la producción musical de carácter nacionalista".  

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