Enrique Méndez de Hoyos recrea la memoria colectiva de Tlatelolco

GUADALAJARA, JALISCO (23/SEP/2010).- El fotógrafo mexicano Enrique Méndez de Hoyos llega a Casa Escorza con una videoinstalación y una serie fotográfica en la que se representa el trauma social inscrito en la memoria colectiva. La exposición se curó desde 2009 y se llama Síntomas y Huellas.

La muestra que se inaugura esta noche inicia con la investigación que relaciona la imagen con el sitio histórico, en este caso Tlatelolco, “donde se trazan una serie de analogías entre la imagen fija, el archivo fotográfico, como una especie de recipiente que acumula fragmentos y residuos de otro momento, y el sitio histórico que guarda mucha semejanza con la operación fotográfica”.

Por su historia, Tlatelolco guarda un trauma social, “que es un síntoma”, porque acumula huellas referenciales a procesos que fundan la cultura mexicana: la época colonial, el desarrollo urbanístico, el movimiento de 1968 y el sismo de 1985.

Las huellas que dejan esos cuatro momentos son representados por dos personajes: un indigente llamado Milano, “que deambula por esos lugares y que tiene accesos traumáticos derivados de todos esos momentos que se acumulan”; y un travesti, “de la cultura subterránea mexicana, que le da vida a Shimeilitzin, quien vaga por lo que fuera la zona arqueológica, como quien vaga por un parque de diversiones y camina al margen de cualquier noción o memoria histórica”.

La exposición se compone de 17 fotografías y una videoinstalación de 10 minutos, dos expresiones artísticas complementarias una de la otra, en la que a través de la ficción se intenta recuperar la memoria colectiva.

La investigación que realizó Méndez de Hoyos lo absorbió durante dos años, en los que recurrió a la palabra y a las anécdotas de los vecinos, así como a diferentes documentos históricos y bibliografía.

“Fue un trabajo muy interesante que desafortunadamente no se ve en las imágenes, pero entrevisté a los vecinos, nuevos y viejos, con quienes reconstruyo la memoria; ellos me contaron de dos de los procesos más cercanos y significativos para nuestra generación: el movimiento de 1968 y el sismo de 1985”, expresa el artista visual ganador del premio Fotógrafo Revelación del Centro de la Imagen y el Festival PhotoEspaña en 2004.

“¿Qué más irá a haber en Tlatelolco?”, cuestiona Enrique Méndez. “Porque con esa energía tan fuerte que guarda este lugar, algo ocurrirá tarde o temprano”, asevera.

Una de las anécdotas que recuerda es que durante la investigación, un señor le dijo a su esposa que cuando se muriera quería que sus cenizas las esparciera en Tlatelolco, “pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no lo dejaba, que eso era imposible. Hasta que el arqueólogo se cansó y le pidió a la señora que lo hiciera un día a la medianoche y que no dijera nada”.

Con esto, el fotógrafo demuestra que la estrecha relación e identificación que existe entre el sitio y sus habitantes “es como una devoción casi ritual”.
Sobre el video que acompaña la muestra fotográfica, Méndez de Hoyos explica que decidió rodarlo en género de ficción “porque ayuda a aliviar el trauma. Tiene un efecto terapéutico”.

Síntomas y huellas, de Enrique Méndez de Hoyos / Hoy, 21:00 horas / Casa Escorza, Espacio para la Imagen: Escorza 83ª / Entrada libre