El telón guillotina del Teatro Degollado luce como nuevo

GUADALAJARA, JALISCO.- El telón guillotina de 8.40 metros de alto por 15.73 de ancho del Teatro Degollado finalmente podrá lucir su belleza, luego de que las tareas de restauración que comenzaron en abril de este año concluyeron con la reinauguración de la pieza.

Con esto, se pone punto final a una serie de trabajos realizados desde hace cuatro años, cuando se sometió la pieza a una etapa de consolidación textil, que incluyó el retiro de parches que se encontraban de manera muy rústica y que estaban deteriorando el telón guillotina, llamado así porque tiene un travesaño de madera en las partes inferior y superior que evita que sea movido por corrientes de aire.

En lo que respecta a la intervención recién concluida, se trabajó en la reintegración cromática y se añadieron hilos para revitalizar el color en las partes dañadas.

La reinauguración de la pieza, una obra del pintor y escenógrafo italiano Carlo Fontana llamada Festival ateniense, estuvo a cargo del director general de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco, Modesto Aceves Ascencio, y los restauradores Alberto Rodríguez Preciado y Ricardo Efraín Orozco Peredo.

En abril, cuando se dio a conocer el trabajo de intervención, Rodríguez Preciado explicó que el telón guillotina es producto de un trabajo realizado con maestría por parte de Carlo Fontana, pues ha podido trascender a través del tiempo desde su creación en 1850.

Festival ateniense tenía en aquel entonces un 40% de grado de oxidación, lo que significaba que la obra todavía estaba en condiciones favorables para ser intervenida.

Durante la exhibición de la pieza concluida, el restaurador explicó que la importancia de esta remodelación ha consistido en "preservar una obra histórica", asegurado que "solamente se agregó un poco de arte al arte. Dejamos lo que el artista quiso plasmar y heredar a la humanidad, se trató de no cambiar nada y rescatar el telón guillotina para los jaliscienses".

Para saber

El textil, por su naturaleza celulósica, se ve asociado en un proceso químico-físico al contacto con el oxígeno y la flacidez del medio, dando como resultante una oxidación y resequedad en las flores de la obra, haciéndolo quebradizo, mermando la resistencia de la trama y la urdimbre, generando rasgones y orificios según fuera la carga mecánica.

Una característica del telón guillotina es que durante años se convirtió en un instrumento para que los artistas que se presentaban en el Teatro Degollado colocaran su rúbrica, contribuyendo al daño de la pieza.