Miércoles, 08 de Mayo 2024
Jalisco | En lancha se puede visitar la Isla de los Alacranes o la Isla de Mezcala

Sol, agua y mariscos, como si fuera el mar

En lancha se puede visitar la Isla de los Alacranes o la Isla de Mezcala

Por: EL INFORMADOR

Los turistas disfrutan de los paseos en lancha a las diferentes islas que rodean al Lago de Chapala. M. FREYRIA  /

Los turistas disfrutan de los paseos en lancha a las diferentes islas que rodean al Lago de Chapala. M. FREYRIA /

QUÉ: placeres visuales a corta distancia.  
DÓNDE: todos los días del año.
CUÁNDO: Chapala y Ajijic.
CUÁNTO: gasto variable.

CHAPALA, JALISCO (24/ABR/2011).-
Los primeros turistas comienzan a llegar. La lengua es igual; se intuye entonces que se trata de turismo local. A los lancheros no les importa qué idioma hablen, lo que interesa es la oportunidad de ganar unos pesos mientras pasean a los visitantes por el Lago de Chapala, en un constante ir y venir a la Isla de los Alacranes.

El paseo tiene un costo que va de los 220 pesos hasta los 400, pero si el recorrido que solicita el paseante es la Isla de Mezcala, el precio se incrementa hasta los mil 300 pesos. “Ahí (en la isla) se pasan una hora y media, pero en total son como tres horas y media, una de ida y otra de vuelta, más el tiempo que se quedan ahí”, dice Ramón Montes Ávila, uno de los 40 propietarios de lanchas que se encuentra en el malecón de Chapala.

“Era una prisión en 1811, ya está como en 80% de restauración. Antes los pobladores no estaban conformes, pero ya todo se apaciguó”, explica sin perder atención de una familia que se encuentra ahí buscando la mejor opción de paseo.

Ramón Montes Ávila tiene 29 años desempeñándose como Caronte, aunque no es en el “Hades” en donde hace su recorrido, así que conoce a la perfección cualquier paseo que se puede realizar sobre las aguas de Chapala; sin embargo, confiesa que quién se sabe las historias del lugar es Juanito, pero él llega pasado el mediodía en su lancha “Nautilus”, con la que alude a la nave de la novela 20 mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne. “Él sabe más cosas, incluso tiene una carrera profesional”, advierte.

Todos los días, independientemente de la temporada, en la bahía de Chapala se acomodan 40 lanchas, algunas estacionadas como si fuesen coches, otras un poco más alejadas de la arena, casi tocando base de la enorme estatua de Jesús pescador o “El Cristo pescador”, como se le conoce también a esa enorme masa de bronce.

“Dicen que era un pescador, pero no me sé bien la historia… Juanito se las puede contar”, explica Ramón y se va en busca de pasajeros.

Para quienes temen el movimiento de las aguas, el recorrido por la Ribera de Chapala se puede hacer a pie. Tras la remodelación del malecón, se antoja incluso sentarse en una de las bancas para ver con calma el agua y las montañas que se encuentran detrás de ella. Se escucha la paz ahí, ni siquiera ladran los perros, pues está prohibido andar por ese camino con mascotas.

Si el calor es extremo, no hay nada mejor que una nieve de garrafa. Don Chuy se dedica a este menester desde 1972 y asegura que los sabores que vende no se pueden igualar. “Empiezo desde las seis de la mañana (a preparar las nieves), tengo de todos los sabores, pero ya no vendo de queso, porque a casi nadie le gustaba”. Los precios de las nieves son de 10, 15 y 20 pesos, en vaso o en barquillo.

Ahí, muy cerca de donde se encuentra su puesto, hay varios localillos con distintos productos a ofrecer: huaraches, artesanías, vestidos, blusas, sombreros, películas, carteras y los tradicionales dulces de leche, en pequeños paquetitos con un costo de siete pesos, aproximadamente.

Un poco de historia


El pequeño kiosco que se encuentra en el muelle, da cuenta de la historia de esta población en imágenes y con algunos textos cortos escritos en español e inglés, para cualquier tipo de turista.

Ahí se detalla que “Porfirio Díaz le otorgó a su compadre, Manuel Cuesta Gallardo, el gobernador de Jalisco, un permiso para desecar casi la mitad de la laguna para obtener tierras de cultivo, lo que se conoce como la Ciénega. Muchas veces los lugareños desesperados no ven más remedio que solicitar el favor divino para la solución de una sequía, como la del año 2000”.

Además, se da cuenta de personajes como Christian Schjetnan Hansen, “un noruego rico, valiente y emprendedor”, que llegó en los primeros años del siglo XX y “arriesgó su fortuna emprendiendo obras importantísima para detonar el desarrollo de Chapala logrando un gran crecimiento en cortísimo tiempo, sin duda su logro más importante fue la construcción del Ramal de ferrocarril entre Atequiza y Chapala con la cual se logró una rápida comunicación con Guadalajara, permitiendo el flujo masivo de visitantes, logrando con esto que se reconociera a Chapala como destino turístico”.

Fue a principios de ese mismo siglo cuando, para activar el comercio, “se construyeron barcadas que hacían servicio de cabotaje en todas las poblaciones de la ribera, impulsando el intercambio de productos de estos lugares. Las embarcaciones llegaban a pesar hasta 40 toneladas y acostumbraban hacer sus maniobras en un punto llamado Chacalita”.

Paradas obligadas

Algunos de los puntos que se encuentran en Chapala y que no pueden perderse de vista son:

Antigua Estación de Ferrocarril: se encuentra en las orillas del pueblo de Chapala, casi llegando al entronque con la carretera hacia Mezcala. El edificio, que hoy alberga un centro cultural, fue construido entre 1917 y 1920, bajo la encomienda de Christian Schjetnan Hansen y con un diseño del arquitecto Guillermo de Alba. La estación funcionó hasta 1926.

• Parque de la Cristianía: se encuentra en la Avenida González Gallo y ahí se pueden realizar distintos deportes, hay canchas de tenis, basquetbol, futbol, voleibol, así como alberca y un pequeño lienzo. La obra se debe al arquitecto Fernando González Gortázar y cuenta con un amplia área arbolada.

• Casa Braniff:
una de las más bellas casonas, construida a finales del siglo XIX, en el pueblo de Chapala. Actualmente es la sede de un restaurante, pero si usted no decide comer ahí, puede contemplar la belleza exterior de este inmueble.

Parroquia San Francisco de Asís: de estilo renacentista, la iglesia fue construida en el siglo XVIII. Aquí se encuentran los restos de fray Miguel de Bolonia, evangelizador en tiempos de la colonización. El edificio es un icono del pueblo, aquí se realizan las celebraciones religiosas de mayor relevancia; además, es casa de importantes muestras de arte sacro.

Deleite al paladar


Si bien hay muchos restaurantes de gran calidad en Chapala… también se recomienda ir un poco más allá, hasta llegar a Ajijic, donde se puede probar la cocina internacional, al ser éste un pueblo que se ha colmado de extranjeros, incluso se reconoce como una de las poblaciones que mayor densidad de habitantes internacionales tiene en el país. Aquí, no puede faltar la gastronomía alemana, la suiza, francesa e italiana.

Para después de comer, no está de más un pequeño paseo por la plaza de Ajijic, sentarse frente a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario disfrutando de un rico postre y después, dar una vuelta por la Parroquia de San Andrés Apóstol o por el recién restaurado malecón de la zona.

Y si son mariscos lo que le apetecen, basta con tomar camino por la carretera hacia Jocotopec, en el sitio que se conoce como “Piedra Barrenada” se pueden encontrar al menos 10 restaurantes de todos los tamaños y para prácticamente todos los bolsillos.

Se recomiendan los chiles rellenos de camarón, una delicia para los sentidos, acompañada con arroz y ensalada. Para beber, una cerveza. El costo promedio de gasto por persona es desde los 150 pesos.

Para los chicos

Probablemente los niños no lo pasarán tan bien, caminando de un lado a otro; por eso es que lo mejor para ellos en este periodo vacacional, es visitar alguna de las albercas que se encuentran en la zona. Y si bien hay muchos hoteles que ofrecen un servicio al estilo de los tradicionales balnearios, sin duda la mejor opción será llevarlos a uno que realmente lo es, como es el caso de Tobolandia.

El balneario se encuentra en el entronque del libramiento de la carretera Chapala-Ajijic. El lugar cuenta con 18 toboganes que ofrecen una satisfacción garantizada: grandes, pequeños y súper gigante, para los más arriesgados; con cuatro albercas y amplias áreas verdes para hacer un “día de campo” como se debe.

El lugar está abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas, y el acceso tiene un costo de 100 pesos por adulto y 50, para los niños menores de 1.40 centímetros, y para los más bajitos, que midan menos de 95 centímetros, la entrada es gratis.

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