Liz Gallardo se prepara para su mayor reto: la maternidad

GUADALAJARA, JALISCO (18/JUN/2013).- Liz Gallardo estrena tres películas este 2013: Sangre de Familia, de Eduardo Rossof; Cinco de Mayo: La Batalla, de Rafa Lara (la película más cara en la historia del cine mexicano) y Las Aparicio, dirigida por Epigmenio Ibarra. La actriz ha encarnado personajes singulares como  Tania —junto a Diego Luna— en el Búfalo de la Noche o como Julia en Las Aparicio, la feminista aspirante a actriz que cambió todo esquema, pero, la gran aventura de Gallardo es su maternidad. Esta mujer amante de los animales conversó acerca de su embarazo, de cómo vive el proceso acompañada de su pareja, de lo que significa ser tapatía y del momento que vive su carrera en el mundo de la actuación.

—Dicen que la maternidad te vuelve idealista ¿es verdad?

—No estoy segura de ello, más bien creo que te puede volver realista, aparte de idealista. Siento que es un momento especial, una oportunidad para plantearte ciertas cosas de la vida de manera más seria y comprometida, sustentando  decisiones en la realidad que estoy viviendo en el presente.

—¿Qué dijo tu madre de todo esto?

—¡Felicidades! ahora sí vas a saber de qué se trata esto.

—¿Cómo se combina la maternidad con la actuación?

—Como cualquier madre trabajadora, no seré la primera ni la última en llevar a cabo estas dos tareas de manera fructífera.

—¿Cómo han vivido tú y tu pareja el embarazo?

—Como un relámpago. La verdad es que estos meses se nos han pasado volando y no podemos creer que en dos más ya tendremos a nuestro hijo con nosotros.

—¿Vas a recibir a tu bebé en Guadalajara?

—Obvio. Quiero que mi hijo o hija, tenga la bendición y el privilegio que tuve  de nacer en el lugar más bello del mundo. Por lo menos para mí, así lo ha sido toda mi vida.

—¿Cuál fue el peor de tus antojos?

—Todos. La verdad es que siempre he sido muy tragona y antojada, independientemente de mi embarazo. Pero el peor creo que han sido las cosas con chilito, porque luego vienen las agruras.

—¿Cuándo fue la última vez que dijiste “bien mucho”?

—¡Nunca! eso sí por fortuna nunca lo he dicho y creo que no se me da hablar así. Excepto cuando digo “ocupo” en lugar de “necesito”. Sé que está mal empleada esa palabra en el contexto que se usa típicamente en nuestro Estado, pero me encanta y me divierte mucho utilizarla. Siento que me da el “toque tapatío” que necesito para no perder mi identidad regional (risas).

—¿Y comiste lonches Amparito?

—Amparito no, pero sí tortas ahogadas de camarón en tortas “Las famosas” ¡me encantan!

—¿Cómo es el rincón de tu bebé?

—En cuanto termine la promoción de las dos películas que estoy por estrenar, esa será mi prioridad.

—¿Por qué no quisieron saber el sexo del bebé?

—Porque para Enrique, mi marido, y para mí, reservarnos esa sorpresa hace de este regalo de vida un suceso aún más emocionante. Pensamos que al ser la sorpresa más grande de la vida de un ser humano, sería una pena arruinarla averiguando antes qué es. En la vida no todo debe ser tan premeditado ni tan controlado. Es bueno dejar que la vida te sorprenda algunas veces.

—¿Cuáles son las ventajas de ser tapatía?

—Para mí es un  orgullo y un privilegio, único y exclusivo de mis paisanos regionales, el haber nacido en Este estado que lo tiene todo.