Domingo, 19 de Mayo 2024
Entretenimiento | Sacrificio total por un personaje

Adrien Brody, un actor poco convencional

El intérprete, que lo mismo trabaja la acción que el drama, agradece la confianza de los directores que llaman a su puerta

Por: EL INFORMADOR

Enigmático. Adrien es uno de los actores más cotizados de Hollywood y uno de los menos favorecidos por la prensa del corazón. ESPECIAL /

Enigmático. Adrien es uno de los actores más cotizados de Hollywood y uno de los menos favorecidos por la prensa del corazón. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (15/ABR/2013).- Se resistió con todas sus fuerzas a operarse la nariz y a los 39 podría decirse de él que, citando a Francisco de Quevedo, “érase un hombre a una nariz pegado”.

Nunca “un feo” sacó tanto partido a su rostro singular, demostrando no sólo un gran talento para construir personajes complejos en el cine, sino también para ejercer de modelo para grandes y poderosas marcas, entre ellas los diseños de Ermenegildo Zegna y Prada.

Es Adrien Brody, el actor que cuando estuvo enamorado de la española Elsa Pataky le regaló un castillo y el que obtuvo un más que merecido Oscar a los 29 años (es el ganador más joven de la historia), por hacer llorar al público con el pianista que trataba de tocar de memoria para no volverse loco en el Gueto de Varsovia.

El filme, además de darle reconocimiento mundial, tuvo resonancia personal para el actor, cuyo padre, un profesor de historia polaco, perdió a varios miembros de su familia judía en el Holocausto.

“Pasé por una dieta de hambre que resultó fascinante. Me generó conciencia y gratitud hacia todo aquello que hasta entonces daba por sentado. Nunca entenderás exactamente lo que supone hasta que no sientes lo obsesivos que son los pensamientos hacia la comida. Después de recuperar el peso podía hacer cuatro comidas, pero seguía teniendo hambre”.

Brody, este hombre de cuerpo magro que supo transmitir el sufrimiento del Holocausto con cada gesto, con cada pliegue de su piel, le debe a sus facciones peculiares pero sobre todo a su oficio apasionado el ser elegido para roles atribulados y difíciles, entre ellos el del profesor sustituto Henry Barthes en Detachment (Indiferencia, su título en español).

Esta historia, narrada cinematográficamente por Tony Kaye, director de Historia Americana X, descubre la decadencia en la que se encuentra el sistema educativo estadounidense y fue estrenada en abril del 2011 en el Festival de Cine en Tribeca.

El romance con España


Adrien Brody ama a España, obviamente. Su romance con la modelo Elsa Pataky fue largo y formal, al punto de que muchos medios de aquel país daban por sentado que la pareja se casaría por todo lo alto. Estuvieron juntos cinco años, entre 2006 y 2011 y se conocieron antes del rodaje de Manolete, la película que narró la vida del torero Manuel Laureano Rodríguez Sánchez y que Brody protagonizó junto a Penélope Cruz.

Todos estos roles que lo han convertido en uno de los actores más cotizados del mundo, también le han otorgado el estatus de celebridad global, una circunstancia con la que no se siente tan cómodo, según ha declarado en entrevista.

“¿Qué otra opción tengo? Yo no persigo la fama. Estoy agradecido de haber emergido del mar del anonimato en el que permanecen tantos actores. Si he encontrado trabajo que me ha llenado es consecuencia del éxito. Así que asumo los inconvenientes”, señaló Adrien, quien protagonizó un sonado comercial para Gillette con Gael García Bernal y el rapero Andre´ Benjamin.

Woody Allen, Terrence Mallick, Peter Jackson, Wes Anderson, M. Night Shyamalan están entre los grandes directores que han convocado sus servicios, en una filmografía multicolor que lo ha llevado a recorrer el mundo y a ser uno de los pocos, por ejemplo, que hablaba inglés en una producción china (Remembering 1942). “¿Qué le voy a hacer si no consigo papeles convencionales?”, se excusa.

Por su fanatismo a la hora de someterse a un papel, ha sido comparado muchas veces con Robert De Niro y Al Pacino, dos actores célebres por llevarse el trabajo a casa.

Brody ha declarado al respecto que “a la gente le gusta colocar etiquetas para identificar algo que tenga sentido para ellos”. Y en el calibre de actuación que había en los setenta, “se destacaban personas como ellos. Físicamente no nos parecemos, pero en la primera crítica que recuerdo cuando era jovencito, en un festival de Sundance publicaron que yo tenía la misma intensidad que un joven Pacino o De Niro. No me voy a olvidar nunca y todavía me acuerdo del periodista que lo escribió, porque ese comentario para mí fue un gran honor”, dijo Adrien al periodista Fabián Waintal, para el periódico ''El salvadoreño''.

SinEmbargo.com

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