Sábado, 27 de Abril 2024
Deportes | Por Francisco Baruqui M.

La vulgaridad campeó...

Por Francisco Baruqui M.

Por: EL INFORMADOR

Joselito Adame ha estado muy dispuesto y animado, tanto de capote, así como cubriendo el segundo tercio. M. FREYRÍA  /

Joselito Adame ha estado muy dispuesto y animado, tanto de capote, así como cubriendo el segundo tercio. M. FREYRÍA /

Una pena por la tarde con el cielo azulado y ya el calorcito primaveral, con un entradón de pasados los tres cuartos de aforo.

Por supuesto, un público contrastante, ya que la inmensa mayoría iba por el carrusel taurino del arte del rejoneo y por parte de la afición, por una magníficamente presentada corrida de auténticos toros con toda la barba, provenientes de los hierros y divisas de San Miguel de Mimiahuapan y Begoña, ambos propiedad de Don Alberto Bailleres, que marcó nivel en la categoría de su plaza, ostentando a Guadalajara como el último bastión de seriedad y autenticismo en contra de toda la mercanchiflería taurina que es el común denominador en los cosos del resto del país.

Encierro cuajado, con romana, crianza y bien armado con astifinos pitones que dieron importancia y relevancia a todo lo que delante de ellos los toreros hicieron. La ejemplar presentación estuvo muy por sobre el juego brindado por los pupilos de Don Alberto, que adolecieron de cierta falta de casta y escasa transmisión, cuando la emotividad que tuvieron fue por la indiscutible imponencia que lucieron, cumpliendo en el castigo con las puyas, y estando con el interés que da el toro de verdad.

La aciaga actuación de Ignacio Garibay estuvo fundamentada en pegar pases, pases y más pases, pero sin la estructuración en sus faenas en las que mostró su toreo ventajista, abusando del pico de la muleta y pasándose a los bureles a inmensa distancia, lo que fue apreciado por los aficionados, quienes le abuchearon sonoramente cuando para remate anduvo mal con las espadas. Con su primero tuvo momentos aislados en una labor larga, muy larga, larguísima; y con su segundo, un cárdeno muy claro que se impuso desde salida sacando jiribilla, exhibió el poco poderío que tiene este torero en un trasteo, en el que la desconfianza y la prestancia para no quedarse quieto, hicieron que el público se disgustara, mostrándole su total rechazo.

Sé que está en tratos Garibay para confirmar su alternativa en Madrid por San Isidro. Deberá de mentalizarse mucho y anteponer una actitud de disposición con un toreo más de verdad que el que ha venido realizando, toda vez que el cónclave que son los aficionados matritenses, tienen un grado de exigencia que, como le he visto ahora... Pues, mucho tendrá que hacer.

Joselito Adame ha estado muy dispuesto y animado, tanto de capote con un quite espectacular por zapopinas, así como cubriendo el segundo tercio, templando en los viajes y cuadrando para clavar un tanto desigual, pero arqueando mucho la figura, dando impacto mayor a la suerte de banderillar.

Con la muleta se dio a dos obras en una tesitura de voluntad y tesón, haciendo el toreo por los dos lados y con ambas manos, resultándole muchos muletazos poco templados, cuando las telas eran trompicadas. Más se le coreó en series de manoletinas, ejecutando como cierre la suerte de matar con buenos procedimientos, pero resultándole en su primero una estocada desprendida, por lo que le dieron una orejita baratera, siendo despedido con palmas.

Sin discusión, Diego Ventura es un rejoneador que busca dar espectáculo. Sus números están soportados por una buena monta, ya que se trata de un destacado equitador, luciendo con su primero, clavó rejones de recibo, banderillas a una y dos manos, -una espectadora me preguntó si también las ponía con la boca, cosa que pertinentemente le aclaré en negativo, cuando todo lo que hace un rejoneador es con las manos-, aunque en su cuadra trae una cabalgadura que intenta morderle una oreja al toro, como número estelar que hace las delicias de la concurrencia. Mató pronto ganándose un apéndice, toda vez que en su segundo, andando en el mismo tenor con un toro que colaboró mucho más, y al que puso un sombrero de palma en el testuz como especial número, al fallar con la hoja de peral teniendo que descabellar, todo quedó en saludos.

Ahora sí, este fue el festejo cierraplaza de la temporada... ¡ADIOSITO..!

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