Campeonato desgarrador

CIUDAD DE MÉXICO (14/DIC/2015).- Pumas escribió una más de esas epopeyas que suelen darse de vez en cuando en las Liguillas del futbol mexicano. Tigres escribió una historia de esas infames que suelen terminar con final feliz en el futbol nacional.

Ambos escribieron un partido de muchas emociones que terminó con victoria de 4-1 en tiempo extra para Pumas, en empate 4-4 en el marcador global del cotejo, en victoria 4-2 para Tigres en la tanda de penaltis, y en triunfo absoluto para los norteños.

La UANL se alza con su cuarto título en el futbol nacional y el segundo que consigue por la vía de los penaltis, coincidentemente en la capital del país, como cuando en 1982 vencieron en el Estadio Azteca al Atlante también en definición desde los once pasos.

Cambio de papeles

Tigres y Pumas intercambiaron roles respecto al partido de la final.

La UANL salió a defender su ventaja de tres goles, sin más ambición que cerrar los caminos a Pumas, mientras que los locales tuvieron toda la determinación y bravura que les había faltado a lo largo de la Liguilla.

La única modificación táctica fue el ingreso de inicio en el juego de Daniel Ludueña, en perjuicio de Fidel Martínez, lo cual le dio a la UNAM más salida y retención de pelota, pero menos desequilibrio por la banda izquierda, donde suele jugar el ecuatoriano.

En la primera mitad, Pumas dominó el encuentro pero carecía de profundidad, hasta que al minuto 45 Eduardo Herrera mandó a guardar un rebote en el área para hacer abrigar esperanzas a la afición local.

La locura

En el complemento Tigres salió con la misma propuesta defensiva y apenas al minuto 55 la UNAM marcó el segundo gol cuando el recién ingresado Fidel Martínez mandó servicio que remató Matías Britos y al cual, previo resbalón, Nahuel Guzmán no le pudo llegar.

Tampoco fue la ventaja mínima en el global para Tigres lo que les hizo cambiar su planteamiento. Ricardo Ferretti sólo hizo cambios defensivos en el complemento al ingresar al “Gringo” Torres, Egidio Arévalo y Antonio Briseño, en un intento por conservar su magra ventaja, mientras Gignac era un espectador más en Ciudad Universitaria.

Cuando parecía que Tigres llegaba a la otra orilla con su pobre propuesta, el recién ingresado Silvio Torales remató en el área un tiro de esquina para poner el juego 3-0 y empatar 3-3 el marcador global.

Cuando el partido terminaba, Herrera se fue expulsado por doble amarilla.

Fue así, cuando el rival tuvo uno menos, que Tigres salió de su propio campo y empezó a tener llegada ante unos Pumas que no encontraron pausa en su funcionamiento.

Al minuto 103 André-Pierre Gignac apareció por primera vez en el partido y en una jugada donde contó con la suerte de quedarse con la pelota tras un rebote, vacunó al “Pikolín” para hacer el gol que parecía del título.

A dos minutos del final del juego, otra vez en una jugada dentro del área, Briseño no puede despejar y Gerardo Alcoba con un punterazo, hizo estallar la locura para el 4-1 que empataba a cuatro el marcador global y mandaba el juego a los penaltis.

Ya desde los once pasos Pumas no tuvo estabilidad, regaló un par de penaltis, y no pudo firmar una más de esas epopeyas que de vez en vez se dan en el futbol mexicano. Tigres, el villano del juego, se alzó con su cuarto título.

PENALES (4-2)

Tigres
4 André-Pierre Gignac
4 Juninho
4 José Arturo Rivas
4 Israel Jiménez

Pumas
7 Fidel Martínez
4 Ismael Sosa
4 Luis Fuentes
7 Javier Cortés

LA FIGURA
Nahuel Guzmán (Tigres)

El portero de los Tigres se erigió como la figura del partido. Paró el último penal de la tanda desde los once pasos y le dio calma a su equipo para solventar desde el manchón el atolladero en el que se habían metido.