Pepe Gimeno y el arte de dar soluciones gráficas

GUADALAJARA, JALISCO (07/10/2011).- Pepe Gimeno es un diseñador valenciano –gráfico y tipográfico— de larga trayectoria, que tiene en su haber importantes cuentas como la de la Presidencia Española de la Unión Europea en 2002. Ha ganado numerosos premios españoles e internacionales, es autor de la tipografía “FF Pepe”, y cuenta con obra en la colección del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).

De visita en Guadalajara con motivo de la Expo del Diseño 2011, Pepe Gimeno impartió el jueves por la tarde la conferencia “Claves y procesos en el Diseño Gráfico”, en la que presentó a un enorme y atento auditorio, el desarrollo de algunos de los más recientes proyectos realizados en su estudio: desde trabajos narrativos, de síntesis, editoriales, de identidad corporativa, entre otros.

Una vez concluida su participación, Pepe respondió unas preguntas en exclusiva para EL INFORMADOR

¿Cómo ha sido tu formación y tu trayectoria como diseñador?

Mi perfil es muy autodidacta porque estuve en una escuela que antes en España se llamaba Escuela de Artes y Oficios, y eran francamente malas. Yo nunca tuve un profesor de tipografía por ejemplo, y la palabra diseño no la oí hasta mucho después. En esa época tampoco había estudios de diseño, sino que había agencias de publicidad que englobaban a gente de diseño. En el primer sitio que he trabajado es en una agencia de publicidad, después en otra que funcionaba más como un estudio creativo, y a partir de ahí empecé con lo que ahora se conoce como estudio de diseño. Por eso soy un pionero realmente de la disciplina en Valencia, porque mi generación empezó creando los estudios de diseño que hay ahora.

¿Cuáles son los criterios que te hacen aceptar o rechazar un nuevo proyecto?

Son básicamente dos: que el proyecto me parezca éticamente correcto, es decir, que esté dentro de los parámetros de las cosas que nosotros podemos solucionar y a las que podemos dar una buena respuesta. Y después, mi relación con el cliente: si no tengo sintonía con el cliente, aunque sea un trabajo que me interese mucho no lo hago, porque siempre acaba mal.

Generalmente la relación con los clientes es la parte que más sufren los diseñadores ¿qué recomendarías para que ésta se lleve de la mejor forma?

Es que yo creo que la relación con el cliente es como la relación con todas las personas. Hay unas personas con las que te entiendes, otras con las que te llevas y otras con las que no te entiendes. Hay clientes que incluso se pueden convertir en tus amigos y otros con los que no hablas el mismo idioma. Tiene que haber una relación fluida, tú tienes que entender lo que ellos quieren y él tiene que entender lo que tú le vas a solucionar. Si no hay eso, es inútil, porque es como si tuvieras un cliente ruso que no habla español y pueden pasar meses y no te vas a entender con él. Para mí es fundamental que la persona que vaya a desarrollar el proyecto vaya a ver al cliente, cómo es él, cómo es su despacho, qué libros tiene en la estantería, cómo es la secretaria, qué zapatos lleva. Eso es fundamental a la hora de valorar sus comentarios, porque hay clientes que te dicen: ‘es que quiero algo muy moderno’, y tú lo ves a él y dices, ‘vamos a ver, para este señor ¿qué es moderno?’

En tu estudio de diseño, ¿cómo es el proceso para encontrar esa armonía tan necesaria y complicada del trabajo en equipo?

Si es muy complicada, y siempre sale de una especie de proceso caótico y racional. Nosotros siempre utilizamos un primer proceso en el que todo vale, todo lo puedes hacer, pero cuando ya ha pasado esa etapa, pones todo encima de la mesa y cambias el chip. Entras con la razón a decir: ‘esto no sirve para nada, esto tampoco esto tampoco. Esto tiene algo que podría servir y todo lo demás a la basura’. Entonces tomas ese elemento y vuelves otra vez. Es siempre muy caótico, vas y vienes.

¿Cómo viviste la transformación del diseño a la era digital y cuáles dirías que son los principales retos del diseñador hoy en día?

Primero pasé del letraset (las letras autoadhesivas que se usaban antes que hubiera máquinas), a poder picar con la máquina, pero todavía no con el ordenador. La gran transformación ha sido con la era digital, y fue aprender todo de nuevo. A mí me pilló ya mayor, de unos 40 años, porque yo estudié en los años sesenta, por lo que mi educación y mi fondo de diseñador son absolutamente analógicos. Yo domino y me defiendo mucho más con el lápiz que con la máquina, aunque sé lo que ésta puede hacer, pero no trabajo con ella más que para escribir mails, escribir textos o ver material. Siempre estoy al lado de alguien que trabaja en la máquina porque todos los trabajos que hay en el estudio yo los dirijo, entonces no estoy con ninguno y estoy en todos.

Yo creo que lo digital quita una cosa pero añade otra. Lo más importante es seguir pensando, porque a veces lo malo puede ser que obtienes resultados tan inmediatos que se provoca poco el pensamiento. Yo creo que el reto de los diseñadores de ahora es apartarse un poco de la máquina para que les permita pensar y meditar, porque vale la pena primero tener el concepto, pues hasta que no tengas concepto no tendrás forma.

¿Alguna vez has tenido crisis de creatividad? ¿Cómo lo has resuelto?

No hay crisis porque sabes que al final sale algo, hay sobre todo trabajos que se tuercen, que son difíciles. ¡Es que dar una solución es muy difícil! Puede parecer fácil, pero cuando tienes la pared en blanco es muy difícil. Entonces lo que hacemos es trabajar con un método, porque siempre tienes que darle la vuelta al trabajo pero hay procesos que te lo hacen más fácil.

¿Cómo ves el panorama del diseño editorial ahora que se está encaminando al formato electrónico?

Como mínimo es lo mismo, porque claro, las páginas han de tener una forma y las limitaciones de lo digital van a ir desapareciendo para hacerse cada vez mucho más sofisticado, y el diseñador va a tener muchísimo más que hacer ahí. Yo creo varias cosas: que el libro no va a morir, que el papel impreso no va a morir, sino que va a cambiarse la proporción de la presencia de lo analógico respecto a lo digital. Pero no van a morir porque lo digital no tiene textura, y la textura es una forma de comunicar, es uno de los sentidos: el tacto. Lo digital no tiene tacto, entonces el libro se quedará como una cosa que siempre va a tener una cabida importante, va a ser especial.

¿Qué le dirías a alguien que está estudiando diseño?

Que se ha buscado una profesión muy dura, muy exigente, y que si no le gusta mucho, mucho, mucho, que no se meta. En el lado positivo, que si lo consigue le va a gustar mucho, va a tener que hacer mucho esfuerzo, pero lo va a disfrutar. Yo llevo cuarenta y tantos años trabajando en esto y me sigue gustando y me sigue motivando a pesar de lo quemado que uno puede estar y de los proyectos fallidos. Es que al diseñador en un estudio se le exige que sea una de estas diosas indias que tienen varios brazos y en cada uno tiene una herramienta: te exige que seas buen relacionista público, que seas simpático, que seas creativo, que lleves muy bien las cuentas, que lleves muy bien al grupo, que te vendas muy bien, y claro no eres perfecto, ¡nadie es perfecto!

Perfil

Pepe Gimeno nació en Valencia en 1951. Desde 1970 trabaja en el área de comunicación gráfica. De 1989 a 1992 fue Presidente de la Asociación de Diseñadores Profesionales de Valencia (ADPV). Entre 1990 y 1995, formó parte, como socio, de Gimeno y Lavernia, S.L. En 1995 creó Pepe Gimeno - Proyecto Gráfico, su estudio actual. Su tipografía "FF Pepe", distribuida por Font Shop International, fue galardonada con el Certificado de Excelencia en Diseño Tipográfico en 2001. Ha recibido galardones como el Certificado de Excelencia Tipográfica 2005, 2006, 2008, 2010 y 2011 del Type Directors Club de New York, del ISTD International Society of Typografic Designers del Reino Unido, entre otros.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL